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 domingo, 11 de enero de 2004

Aguas termales: Revitalizadoras y sedantes

La costumbre de sumergirse en las aguas termales se remonta al origen de la civilización, ya que los romanos apreciaban el efecto relajante y revitalizador de los baños, considerándolos parte de su actividad diaria.

Hoy al termalismo se lo considera como un complemento terapéutico para dolencias de diferente índole, sean enfermedades reumatológicas, respiratorias, dermatológicas, problemas neurológicos, entre otras. También, las termas son benéficas para aliviar las tensiones cotidianas y constituyen un eficaz recurso en los trastornos del estrés y la ansiedad, significando una gran ayuda a la hora de encarar regímenes para bajar de peso ya que aceleran y estimulan el metabolismo.

Al someterse a un baño termal, se recibe la acción directa de la temperatura del agua y de los minerales que son absorbidos por la piel. Por tal razón, la cantidad de baños, el tipo de agua y su frecuencia, debe ser indicada por el médico de cabecera y no realizarlo al azar. Para comprender mejor el concepto de las aguas termales, vale destacar que se tratan de aguas ionizadas. Los iones son moléculas de sustancias minerales que se cargan de electricidad (positiva o negativa) y se transforman penetrando en el organismo. Los iones positivos son irritantes y provocan nerviosismo y excitación, mientras que los negativos, son relajantes y sedantes. Por esa causa, se dice que las aguas termales son ricas en iones negativos, de allí su comprobada acción de relajación natural.

Las aguas termales se forman en el seno de la tierra. Se obtienen en forma espontánea (surgentes) o por perforaciones. Sus propiedades se centran en mejorar la salud, gracias a una compleja composición química y energética.

Independientemente de donde provengan las aguas termales, los parámetros para tomar un baño termal son cuatro: temperatura, frecuencia, tiempo y el indispensable reposo posterior, ya que resulta tan importante como el baño, porque el organismo necesita estar en reposo físico, anímico y espiritual para aprovechar la energía que le brinda este baño vital.

Lo ideal es pasar unos 10 días en las termas, con un tratamiento de dos baños diarios. Si se toma un baño termal antes de acostarse, se asegura una noche de sueño profundo y descanso verdadero.

Un método razonable es empezar con cinco minutos el primer día, aumentando dos minutos diarios hasta llegar a un total de 20 minutos como máximo.

En personas sanas, las termas funcionan como medicina preventiva o como terapias de revitalización. Las personas que no acuden a las termas por el temor a contagiarse enfermedades por compartir piletas, debe saber que tal riesgo es el mismo que existe en cualquier ámbito de la vida.

Las termas también brindan la oportunidad de realizar efectivos programas de adelgazamiento.


Sugerencias
* No creer que cuanto más caliente es el agua termal, más beneficiosa es para la salud.

* No abusar del tiempo de permanencia. Estar 20 minutos como máximo.

* Controlarse periódicamente la presión arterial mientras dure la permanencia en las termas. * En el caso de padecer una enfermedad, el baño termal debe ser prescripto por el médico.

* Descansar luego de este tipo de baños.

* Recuerde que la composición del agua varía de acuerdo a la zona donde se encuentra la terma.

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