| domingo, 11 de enero de 2004 | Museo de Arte Contemporáneo Cuando Luna Ramírez lo fijó en el visor de su pequeña filmadora, surgió el asombro. Y así se dio cuenta que el Museo de Arte Contemporáneo, "en sí mismo es una obra de arte de este tiempo confuso y cruento". El resto, palabras más, palabras menos, son meros detalles. Y una síntesis que surge de un ruinoso silo acopiador de granos de cereal, que fue restaurado con el talento imaginativo de varios colores incinerándose gradualmente. Pero que al fin de cuentas han optado por arrojarlo como una sombra más; eso sí, sólo opaca y banal, a un inmenso río de aguas impetuosas, irreflenable en su convicción salvaje como una llamarada marrón.
Felipe Demauro enviar nota por e-mail | | |