Llamarían a extraordinarias para derogar la ley laboral

El presidente Néstor Kirchner admitió ayer que el gobierno tiene en "estudio" convocar a sesiones extraordinarias del Congreso nacional en febrero para derogar la reforma laboral, mientras se suman voces desde distintos sectores a favor de anular la controvertida norma.

El radicalismo se manifestó a favor de sancionar una nueva ley que reemplace a la aprobada en el 2000 durante el gobierno de la Alianza y que es sospechada de haber sido aprobada mediante el pago de coimas a senadores.

Por su parte, el ex presidente Eduardo Duhalde calificó como "muy correcta" la postura del gobierno, aunque advirtió sobre el peligro de apresuramientos para no crear "baches legislativos".

Asimismo, el titular del bloque de diputados del PJ, José María Díaz Bancalari, confesó su optimismo porque se alcance un consenso entre trabajadores y empresarios para derogar la cuestionada ley y redactar una nueva normativa que acompañe "este modelo de crecimiento y desarrollo que se inició el 25 de mayo".

"Está en estudio, lo tenemos que resolver", dijo Kirchner en Chascomús -donde asistió a un acto- al ser consultado si el gobierno podría llamar a sesiones extraordinarias para febrero próximo para anular la polémica reforma laboral y reemplazarla por una nueva.

El titular de la CGT disidente, Hugo Moyano, quien también estuvo en esa ciudad bonaerense para participar de la apertura de talleres ferroviarios, volvió a pedir la "derogación lisa y llana" de norma legal y pidió que se suplanten "los artículos que más perjudicaron a los trabajadores".

Moyano puso toda esperanza en la "la firme decisión" del gobierno para hacerlo, pero prefirió no opinar sobre un llamado a sesiones extraordinarias. "Días más o días menos, esta ley viciada por el soborno a senadores quedará en la historia de las malas leyes de este país", enfatizó.

En tanto, aunque elogió la posición de Kirchner para derogar la ley, rescató aspectos positivos de la actual norma que deberían salvarse y recomendó no apurar los tiempos para su anulación.