| miércoles, 31 de diciembre de 2003 | Reflexiones La unicidad de Simon Wiesenthal Thomas Brey "No hay libertad sin justicia y no hay justicia sin verdad". Así es el lema de Simon Wiesenthal, conocido como el "cazador de nazis". Este arquitecto judío, a quien sus colaboradores se dirigen respetuosamente como "señor ingeniero" y que trabajó hasta una avanzada edad en su pequeña oficina en el centro de Viena, cumple el 31 de diciembre 95 años.
Entre innumerables libros de historia, recuerdos de víctimas del nazismo y documentos cubiertos de polvo, Wiesenthal recibía en su "centro de documentación" a los que pudieran aportar algo para resolver los millones de asesinatos cometidos por el régimen nazi. Siempre consideró su trabajo de investigación como una advertencia a los dictadores modernos. Pero el título de su autobiografía es "Justicia, no venganza".
Wiesenthal nació el 31 de diciembre de 1908 cerca de la ciudad ucraniana de Lvov, que por aquel entonces todavía pertenecía a la monarquía de los Habsburgo. Desde 1941 y hasta su liberación por tropas norteamericanas en mayo de 1945 sobrevivió a 12 campos de concentración. Tanto él como su esposa Cyla, otra superviviente de los campos de exterminio nazis, que falleció el pasado noviembre a los 95 años, perdieron a toda su familia: 89 miembros.
A partir de 1947, Wiesenthal se dedicó, mediante el "Centro de Documentación Judío" creado en Viena, a buscar a antiguos colaboradores nazis.
Asegura haber desenmascarado a 1.100 de ellos, a los que también ayudó a apresar. Como uno de sus éxitos más espectaculares cuenta Wiesenthal haber descubierto al destacado líder nazi de las temidas SS, las fuerzas de choque (Schutzstaffel) hitlerianas, Adolf Eichmann en Argentina en 1960, quien un año después fue condenado a muerte en Israel.
También reveló la auténtica identidad del policía vienés Karl Silberbauer, en 1963, el hombre que había hecho arrestar a Anna Frank en Amsterdam. O la localización del comandante del campo de concentración de Treblinka, Franz Stangl, en 1967 en Brasil.
Su fama quedó sin embargo en entredicho en 1996. El jefe de la oficina de persecución de nazis en el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Eli Rosembaum, afirmó que Wiesenthal "fracasó en todos los grandes casos de nazis de la posguerra: Bormann, Barbie, Mengele, Eichmann". Además, lo calificó de "incompetente, egomaníaco, un distribuidor de informaciones falsas, una figura trágica".
Además, el ex jefe del servicio secreto israelí Isser Harel, consideró que el papel de Wiesenthal en la captura de Eichmann es un mito. "No recibimos nada de Wiesenthal que tuviera alguna importancia para la operación. Todas sus afirmaciones eran falsas".
Lo que sí es indiscutible son los reconocimientos y homenajes que ha recibido Wiesenthal en todo el mundo, algunos de los cuales cuelgan de las paredes de su oficina. Tiene innumerables birretes de doctor honoris causa, cartas de agradecimiento de jefes de Estado y de gobierno...
En 1977 se creó en Los Angeles el Simon Wiesenthal Holocaust Center, que cuenta con cientos de miles de miembros en todo el mundo. En el desierto del Negev, en Israel, se plantó un bosque de 10.000 árboles que lleva su nombre.
Los que trabajan con él ven en todos estos actos un indicio de la unicidad de Wiesenthal, quien asegura que no ha elegido a nadie para que lo suceda. enviar nota por e-mail | | |