| miércoles, 31 de diciembre de 2003 | Reflexiones Hacia una nueva política exterior Alfredo Bruno Bologna (*) Si bien han pasado pocos meses de la actual administración Kirchner, se pueden detectar ciertas tendencias sobre la actual política exterior argentina. Se observa en primer lugar un fuerte impulso en consolidar el Mercosur partiendo del objetivo de que "no es sólo un bloque comercial sino que constituye un espacio catalizador de valores, tradiciones y futuro compartido" (Consenso de Buenos Aires).
Los niveles de disenso como, por ejemplo, la oposición argentina para que Brasil logre una banca permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el silencio de Brasil frente a las negociaciones realizadas por nuestro país ante el Fondo Monetario Internacional y el tema de la deuda externa, han podido ser superados por la compatibilidad política entre los jefes de Estado de Argentina y Brasil. La propuesta de Brasil para que Argentina forme parte de la delegación de ese país como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no es un dato menor en estas relaciones.
El Consenso de Buenos Aires, firmado entre ambos mandatarios reafirma que "la integración regional constituye una opción estratégica para fortalecer la inserción de nuestros países en el mundo, aumentando su capacidad de negociación. Una mayor autonomía de decisión nos permitirá hacer frente más eficazmente a los movimientos desestabilizadores del capital financiero especulativo y a los intereses contrapuestos de los bloques más desarrollados, amplificando nuestra voz en los diversos foros y organismos multilaterales. En ese sentido, destacaremos que la integración sudamericana debe ser promovida en el interés de todo, teniendo por objetivo la conformación de un modelo de desarrollo en el cual se asocien el crecimiento, la justicia social y la dignidad de los ciudadanos".
Las relaciones de Argentina con Paraguay, Chile y Perú se han mantenido en climas cordiales. Con los otros miembros del Mercosur, plenos o asociados, las relaciones se han deteriorado, fundamentalmente en el caso de Uruguay. Las declaraciones públicas del presidente de ese país a favor del ex presidente Menem en las elecciones del 27 de abril de 2003, la respuesta negativa para investigar el caso de la nuera del escritor Juan Gelman y una clara postura en defensa de los derechos humanos, frente al posible nombramiento de un oficial de la marina, implicado en causas de desaparecidos, como agregado militar de la embajada de Uruguay en nuestro país fueron hitos que no mejoraron la relación. A ello debe agregarse el apoyo del presidente Kirchner con el líder de la oposición Tabaré Vázquez.
En el caso de Bolivia, la entrevista del presidente Kirchner con el líder opositor Evo Morales, a partir de la mediación del dirigente piquetero D'Elía, dejó un saldo negativo en la relación con el actual presidente Carlos Mesa. La prioridad del Mercosur dentro de la Política exterior argentina es un dato a relevarse positivamente, luego de algunos años de roces y ruidos con nuestro socio mayor. En las actuales circunstancias internacionales, presentarse con el sello del Mercosur, en lugar de hacerlo como países aislados, significa una mayor presencia en el escenario internacional y un mayor poder de negociación.
(*) Director de la maestría
en integración y cooperación
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