Saqueadores y avivados

"En esta situación, no nos importa si recibimos algo o no, pero esta gente realmente debería ser ejecutada", dice Qobad, un hombre de 63 años que reside en Bam. Se refiere a los grupos organizados, generalmente provenientes de la vecina provincia de Sistan-Belujistan, que no sólo saquean las casas destruidas cuyos habitantes murieron o resultaron heridos, sino que además se presentan como víctimas del terremoto.

"En los primeros días, nos engañaron y se llevaron material de ayuda de alta calidad y extranjero, pero luego algunos locales se unieron a nosotros y ahora distinguimos entre víctimas y estafadores", dice Ali, voluntario de la Media Luna Roja.

Los estafadores se ubican en general en la carretera que une Kerman con Bam, que recorre unos 200 kilómetros, y en el centro de Bam, y recorren todas las estaciones de ayuda para recoger elementos como tiendas de campaña, sábanas y calentadores, que luego venden en el mercado negro.

Las principales víctimas del terremoto, como Qobad y su familia, no están en la carretera ni en la ciudad, sino sentados en la periferia, vigilando sus pertenencias debajo de los escombros. No se irán hasta que las hayan recuperado. "Los mataré si se atreven a acercarse", dice Qobad, sentado junto a su esposa Samin y su hija Roshan.

Qobad, que invirtió todos los ahorros de su vida para comprar dos taxis para que sus dos hijos pudieran cubrir los gastos de la familia, perdió a ambos en el temblor y su otra hija, Rahimeh, está ingresada en un hospital en algún lugar de Irán.

"Llevamos sentados aquí desde el viernes y no sentimos ni frío ni hambre", dice su mujer, quien no tiene ni fuerza para preocuparse por quién alimentará a la familia tras la muerte de sus dos hijos.

El Ministerio del Interior desplegó fuerzas policiales en la ciudad y en la carretera hacia Kerman para identificar a los estafadores, quienes sin embargo no son arrestados sino sólo obligados a irse.

A pesar de que la mayoría de los residentes que quedan en Bam, entre 50.000 y 60.000 personas, recibieron ya ayuda urgente y pronto les llegará comida caliente, la coordinación no está siendo eficiente.

"La ayuda internacional es muy apreciada y valiosa, pero no hay coordinación acerca de qué es lo que realmente hace falta y qué no", comenta un funcionario de la oficina gubernamental de Kerman.

Mientras los residentes de Bam están muertos u hospitalizados en otras ciudades, muchos países extranjeros, cuyos nombres el funcionario no menciona, enviaron hospitales de campaña que no son útiles en la ciudad devastada por el terremoto. "Necesitan alojamientos temporales así como instalaciones sanitarias, vacunas, agua potable y material de construcción", añade. (DPA)