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 domingo, 28 de diciembre de 2003

Alfredo La Spina

"Hoy no hay fútbol", sentenció el gringo Rosario Próspero La Spina, cuando el delegado de la cuarta de Central pasó a buscar a su hijo Alfredo por la casa que construían de a poco, en Echesortu. "Los domingos mi viejo tenía el albañil para levantar la casa, que íbamos haciendo de a puchos. Me acuerdo de ese día porque jugábamos el clásico y nos pagaban dos pesos por partido ganado, pero cuando apareció Torti, el delegado, mi viejo no me dejó ir porque yo le tenía que ayudar a alcanzarle los baldes. No sabés cómo lloré ese domingo", recuerda el ex centrofoguar de Central del 48, en diálogo con Ovación, en un bar del parque Independencia. "Ese día ganaron y cuando lo vi al técnico le pedí los dos pesos, que no me quería dar porque no había jugado, pero se los exigí porque le dije que éramos un plantel y había un presupuesto, así que me los pagó igual", abunda La Spina, a los 76 años.

Nacido el 24 de noviembre del 27 en Zeballos y Lavalle, el corazón de Echesortu, La Spina jugó en Central, Córdoba y Wanders Argentino y Junior de Colombia, en la recordada época de El Dorado.

-¿Dónde empezaste a jugar?

-En la cancha de Arrillaga, en San Luis y Lavalle, se formó un equipo que se llamaba Sastrería Yacopino -el padre del dirigente de Newell's- porque pagaba la inscripción en los torneos de siete. Iba mucha gente a los partidos hasta que un día la Municipalidad prohibió jugar en verano hasta después de las 18 y se suspendió.

-¿Cómo llegaste a Central?

-A los 14 años me vino a buscar José Torti, el delegado de la quinta de Central, y me dijo que me había visto jugar y que me quería llevar a su equipo. Yo lo llevé a hablar a la esquina porque estaba mi viejo, que no quería saber nada con el fútbol, y le dije que tenía miedo de firmar y que después no jugara y me quedara colgado, pero me prometió que me iba a poner de titular y que si no jugaba me iba a dar el pase libre. Así empecé y salimos campeones en quinta y dos años campeones en cuarta común, donde jugaba con Zof, un gran tipo.

-¿Cómo jugaba don Angel?

-Zof fue así siempre y era un buen jugador.

-Te pregunto porque el profe Vigna lo carga porque nunca hizo un gol.

-Pero antes cuando jugabas de half izquierdo era difícil hacer goles. Antes ni los wines metían goles. Por ahí apareció Boyé, que hacía goles, pero el goleador era el 9, como Ericco, Masantonio, Lángara y Distéfano.

-¿En Central jugaste más en las inferiores que en primera?

-En Central jugué en 5ª, 4ª, 4ª especial, 1ª local, 2ª, 3ª y los últimos cinco partidos en primera del torneo del 48, con el equipo de tercera porque los jugadores de primera estaban de paro. Central formaba con Bottazzi; Cuello y Gentile; Larrosa o Caruso, Inveninato y Raneri, que venía de Belgrano; la Chanchita Hidalgo, Gauna, La Spina, Lepíscopo y Casabuón. Racing venía primero, vino con la reserva y le ganamos 6 a 2, con dos goles míos. A Gimnasia le ganamos 4 a 3, con tres míos. Y a Newell's 3 a 2, con dos goles míos, en el partido final del 48.

-¿Por qué te fuiste a Córdoba?

-En Central tenía contrato pero no me pagaban, yo estaba haciendo la colimba y un día compré el diario y me enteré de que Córdoba me quería. Los de Córdoba me vinieron a buscar al 11 y acepté irme porque adelante estaban el Gallego Pérez, Santos, Mur, Luis Bravo y Villarino. Entonces fui como parte de pago del pase de Aresi en el 49. El técnico de Central era el Vasco Lecea y me dijo que si no quería ir que les pidiera una fortuna para quedarme, pero yo había dado mi palabra y, además, hacía cinco meses que no cobraba.

-¿Cómo formaba Córdoba en el 49?

-Capellini; Semprini y Almada; Volpe, Ganna y Basignani; De Vito, Villalba, La Spina, Moyano y Esquide.

-¿Cómo te fuiste a Colombia?

-Un día del año 51 vino el Gallego Sánchez, un half derecho de Tiro, a buscarme a la salida del trabajo, en el taller Forja, enfrente de la Fábrica Militar, para decirme que estaban formando un equipo para ir a Colombia, pero que no había que decir nada por la Fifa. Nos reuníamos en la casa de José Fabrini, que era jugador y técnico, de Italia y Pellegrini. Yo tenía 23 años, en mi casa no sabían nada y siempre se preocupaban por el trabajo.

-¿Ahí nació el recordado Wanders Argentina?

-El equipo se llamaba Wanders Argentina porque éramos todos de acá: Luis Bianchi o Tissera; Maffei y Mandarini; el Gallego Sánchez, González y Carugno, que era la línea media de Tiro Federal; la Bruja Belén, Fabrini, La Spina, Garelli y Urruti. Y después se sumaron Casabuón, Alarcón y Cuello. Y después vinieron los dirigentes de Deportes Quindío y nos contrataron como el primer equipo profesional de Colombia. Y después pasé a Bucaramanga, donde no me pagaron y me volví.

-¿Ustedes revolucionaron el fútbol colombiano?

-Cuando llegamos al aeropuerto, estaba lleno de gente. Y eso que a nosotros no nos conocían. Yo terminé en el camión de los bomberos, nos llevaron a los bocinazos y nos saludaban desde los balcones coloniales. No podíamos salir del hotel por la gente que estaba todo el día en la puerta para pedirnos autógrafos. Yo era del montón pero me hice más conocido cuando fui a Colombia, adonde tardamos tres días en llegar en avión. Yo admiraba a Pedernera, Pontoni, Perucca, Julio Cozzi, el pibe Pial y Distéfano, de verlos desde el alambrado, y tuve el placer de jugar contra ellos cuando eran veteranos.

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La Spina también en jugó el fútbol colombiano.

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