| domingo, 28 de diciembre de 2003 | Charlas en el Café del Bajo -Y seguimos reproduciendo cartas que nos han enviado los amigos definiendo al amor: "Hola, Candi. Pedís una definición del amor, a mí me gustaría darte la que siento en este momento. A los 40 años, después de un divorcio conflictivo, abuela, y las vicisitudes comunes a quien tiene que solucionar el tema de la mesa diaria para la familia, siento que encontré sin buscarlo a la persona ideal. Junto a él encontré paz, contención, comprensión, la sensación de escalofríos cuando lo veo, y algo muy importante: sentirme libre. Y creo que ahí está la raíz del amor: entregarse sin oprimir, querer siempre lo mejor para la persona que se ama, aunque no sea lo mejor para nosotros. Y yo a este ser maravilloso, lo amo. Disfruto cada momento que estamos juntos, aún sabiendo que después de estar conmigo vuelve a su casa, a la familia que construyó muchos años antes de conocerme, a la que no se anima a dejar por esa falsa sensación de responsabilidad inculcada desde la cuna (lo comprendo, él es 20 años mayor que yo, tiene otra formación). Igual, lo que sentimos es tan grande que vale más la calidad que la cantidad; siempre voy a estar esperándolo. Gracias, amigos, esta es otra historia común, de esas de todos los días, que sé que ustedes, con su sensibilidad, van a saber entender sin juzgar. Me despido diciéndoles que disfruto mucho su columna. Sigan así. Mónica H."
-Naturalmente, no vamos a juzgar. Y hay más palabras de los lectores: "Hola queridos amigos de La Capital, ¿cómo están? Les cuento que leí el artículo sobre el amor y decidí escribirles. Lo que voy a escribir es algo que leí una vez y me gustaría dedicárselo a la persona que más amo en el mundo y se llama Jorge; cumplimos 3 años y me encantaría sorprenderlo: "El amor crece como un niño y como tal hay que alimentarlo. Y aunque digan que no muere, si dejas que se enferme ya no podrás salvarlo. Será sin avisar... ocurrirá de repente en un descuido tuyo, mi recuerdo aparecerá en tu mente. Algo en el aire te recordará a mi perfume, sentirás el mismo latir en tu corazón que la noche en que por primera vez se unieron mi aliento y mi respiración. Una sonrisa amanecerá en tu rostro. Tus ojos se llenarán de rocío, como un aluvión lloverán sobre ti todos los bellos momentos vividos... Y reirás y llorarás... Tu mente recordará otros tiempos y te hará comprender que hasta el momento nadie te ha besado como yo al darte mis besos. Y anochecerá la sonrisa en tu rostro y el rocío se habrá convertido en llanto, y comprenderás que nadie pudo quererte tanto... tanto... como yo te estoy amando. Nadie mirará tus ojos con tanto amor... ni estallará en latidos otro corazón así como el mío al escuchar tu voz... Ningún beso apretará tus labios con mayor pasión... Mi amor, convéncete. No habrá persona en este mundo que pueda quererte tanto como te estoy queriendo yo". Un beso y un abrazo. Antonela.
-¡Qué suerte tiene ese hombre!
-¡Hola, Candi! Debido a la prisa que caracteriza a la vida moderna, sólo diré, a modo de introducción , que disfruto mucho de leer casi a diario la columna de las "Charlas en el café del bajo", y más allá de consensos y disensos creo que, en general, me percibo sintonizado en una "frecuencia" similar en formas de pensar y sentir. Varias veces les he hecho a mis hijos comentarios tales como: "No sé quién es el que escribe esta columna, no sé si lo conozco, pero me gustaría ser su amigo y contarlo entre los míos. Bueno, con respecto a definiciones de amor, no creo que haya alguna que lo pueda abarcar por completo; son tantas emociones, sentimientos, vivencias, actos... casi diría que es algo diferente para cada ser que ama o haya amado; hasta es diferente para cada ocasión en la que hemos sido premiados por ese estado de gracia. No amamos de modo idéntico a aquellas personas que se han sucedido en nuestra historia como dadores-receptores de todo ese caudal de afectos y acciones. Sí, rescato frases, versos, palabras (muchas de ellas de otros, algunos muy conocidos) que me muestran que, al escribirlas, ese ser estaba amando. Ejemplos: (de ellos se pueden obtener "definiciones", todas ellas incompletas). "Voy a dormir queriendo despertar para después de nuevo convivir con esa luz que vino a habitarme, con ese fuego que me hace arder, me da miedo y me infunde coraje, fatalmente me hará sufrir..." (Toquinho, en "Escravo da alegria"). "¡Ah! qué saudade, Ipanema era sólo felicidad, era como si el amor doliese en paz..." (Vinicius de Moraes, en Carta para Tom ). " Y así, cuando algún día me busque quizás la muerte (angustia de quien vive), quizás la soledad (fin de quien ama), yo pueda decirme del amor que tuve, que no sea inmortal, puesto que es llama, más que sea infinito mientras dure" (nuevamente V. de Moraes, en Soneto de fidelidade). Como ves, Candi, diferentes aspectos, de diferentes amores, con distintos protagonistas. Puede ser un "dolor en paz", una "llama", una "luz que viene a habitarnos". Y no es casual que haya seleccionado a autores brasileños para el caso. No sé por qué razón, pero tienen tanta capacidad para poner en palabras, en lenguaje sencillo, el torrente turbulento de las emociones humanas! Un abrazo, y hasta pronto. Norberto.
-Nos despedimos hasta mañana, mientras con Inocencio evaluamos la conveniencia o no de la publicación de una carta enviada por una persona (que en realidad no sabemos cómo calificar) y a propósito de nuestro elogio al hablar de la fiesta judía de Janucá, hacia el pueblo israelita de resistir tantos embates a lo largo de la historia y soportar los ataques terroristas en el que perdieron la vida miles de inocentes desde hace años hasta ahora, sin contar los holocaustos porque los que debió pasar el pueblo judío. Dudamos en la publicación de la misiva sólo por las incoherencias que demuestra. Veremos.
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