Día de Santos Inocentes

La Iglesia Católica celebra hoy a los Santos Inocentes, las víctimas, según el relato del Evangelio de San Mateo (2,13-13), del rey Herodes, quien mandó matar a los niños de Belén menores de dos años al ser burlado por los magos de Oriente que habían venido para saludar a un recién nacido que sería un rey entre los hombres, Jesucristo. La Iglesia estableció una fiesta para venerar a estos mártires, muertos en sustitución de Jesús. La devoción hizo el resto.

En la iconografía se les presenta como niños pequeños y de pecho, con coronas y palmas (alusión a su martirio). La tradición oriental los recuerda el 29 de diciembre; la latina, el 28 de diciembre. La tradición concibe su muerte como "bautismo de sangre" y preámbulo al éxodo cristiano, semejante a la masacre de otros niños hebreos que hubo en Egipto antes del éxodo.

Desde la Edad Media el paganismo tornó a la fecha en día obligado para propinar chistes y bromas de diverso calibre, costumbre de la que se sirvieron luego programas de TV para victimizar a cualquiera, sazonando la barbaridad con un "que la inocencia te valga", en una utilización enormemente libre de la definición que el diccionario asigna a la palabra inocente.

Como una forma de sublimar la tamaña atrocidad reflejada en el Evangelio, colgar papelitos en la espalda, anunciar fallidos aciertos a la lotería, o poner baldes con agua en las puertas entornadas, fue parte del folclore durante muchos años. Ahora, una tracalada de mensajes truchos en los correos electrónicos es el modo de reiterar el capítulo de las bromas.