Cine/Crítica

Los estrenos bajo la lupa de Escenario

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"Jugando con el destino": Dos mujeres indomables
(***) Dos jóvenes, una inglesa y otra de origen hindú, sueñan con el futbolista británico David Beckham. Pero, al contrario de lo que podría suponerse, las ilusiones de las chicas no son iguales a las del resto de las mujeres que admiran la apostura del jugador de fútbol sino que éstas quieren emular sus habilidades deportivas. Por supuesto que eso las coloca fuera de la "normalidad" británica.

La chica de ascendencia hindú integra una familia de rígida formación, que la juzga como una oveja descarriada por su afición deportiva. La otra, a pesar de que su padre le inculcó el amor por el fútbol, es atacada con severidad por su madre, quien espera que se convierta en una mujer que respete las normas de la femineidad y forme una familia.

La comedia entretiene y muestra, en equilibradas dosis, los conflictos raciales y sexuales en los que se ven envueltas las familias de las chicas, quienes únicamente buscan su destino.

Marcelo Menichetti




"Anita no pierde el tren": La vida sobre la pantalla
(***) Anita no pierde el tren es el retrato de una sobreviviente, y su historia podría hacerse extensiva a cualquier persona de 50 años a quien, como a la pobre de Anita, la despiden de su empleo en la boletería de un cine. A lo largo de sus treinta y cinco años de trabajo, la mujer vio pasar la vida a través de innumerables filmes con los cuales el director Ventura Pons va construyendo un prolongado flashback. El recurso es a la vez una forma poética de mostrar desde una perspectiva nada complaciente la evolución de parte la historia del cine y cómo las distintas ideologías modificaron el concepto de realización cinematográfica. Después de su despido, Anita no puede superar el hecho de que aquel lugar donde pasó la mayor parte de su vida ya no existe, que haya sido demolido para construir un moderno multicine. Así decide instalarse en el terreno donde un grupo de operarios están construyendo el complejo. Allí conoce a uno de los operarios con quien entabla una relación amorosa, una suerte de premio o escape a la angustia de la desocupación.

Rodolfo Bella


"El mosquetero": Una aventura sin emoción
(**) De un tiempo a esta parte la industria del cine cree que con contratar a un coreógrafo para los combates cuerpo a cuerpo y una compañía de animación computada basta para realizar una buena película de acción. Y no es así. "El mosquetero", la versión fílmica de la obra de Alexander Dumas, lo demuestra. Pese a contar una historia plena de aventuras y romance, no es capaz de causar la más mínima emoción. Parte de la responsabilidad de que la adaptación de esta historia de capa y espada fracase se debe a la impericia del director Peter Hyams, el resto es mérito del protagonista central, Justin Chambers, que en el papal de D'Artagnan demuestra que jamás debió abandonar su carrera como modelo de Calvin Klein. Ni siquiera se salvan de la debacle genios del cine como Tim Roth y Stepeh Rea, quienes merced a la falta de ideas del realizador crean personajes que resultan inverosímiles. Sólo sale indemne Catherine Deneuve y no por su actuación sino por su belleza.

Ricardo Luque


"Soñando juntos": Sueños que llegan tarde
(**) Un prodigio del violín de 13 años y su padre dejan su pequeño pueblo para presentarse en un concurso musical, pero apenas llegan tienen que enfrentarse con todas las trampas y las miserias de la gran ciudad. El comienzo de "Soñando juntos" es promisorio. Sin embargo, el director Chen Kaige, que ganó fama con "Adiós mi concubina", complica la historia hasta perderla. En su lucha por la adaptación, padre e hijo pasarán por la farsa de los concursos musicales, el vínculo que crece entre el adolescente y una prostituta y un profesor de música oscuro y fracasado que intentará un cambio. El director también se toma su tiempo para desarrollar la relación entre el padre y el hijo, el dilema entre la verdadera vocación y los deseos ajenos, y de paso muestra la pobreza y los desniveles sociales en la China globalizada. La película intenta reflexionar sobre demasiados temas y así termina haciendo eje en ninguno. El final inesperado llega tarde, cuando ya ganó el aburrimiento.

Carolina Taffoni


"Jinete de ballenas": Una niña capaz de enfrentar a los ancestros
(****) Paikea es una niña que llegó al mundo sin ser el ser esperado. La mitología maorí consideraba que un primer hijo varón se convertiría en un profeta, una suerte de líder capaz de conducir los destinos de un pueblo costero neocelandés. Y de darles luz en medio de la oscuridad. Una meta nada sencilla para cualquier hombre, que puede convertirse en casi imposible para una mujer.

"Jinete de ballenas" es un brillante filme del director Niki Caro, quien supo tocar los resortes precisos para conjugar acertadamente la idiosincrasia de una cultura cerrada con algo tan abierto como el amor obstinado de una nieta hacia su abuelo.

Pero quizá uno de los méritos mayores de Caro fue armar una historia emotiva, con una trama atrapante desde el inicio, sin caer en recursos efectistas. La película cuidó al detalle las ambientaciones (realizada en la isla de Whangara), la musicalización, y el elenco, en el que se destaca Keisha Castle-Hughes, la niña protagonista que surgió de un casting de 10 mil postulantes para participar en este filme y se luce en cada intervención.

La ballena está considerada en la mitología maorí como un espíritu guardián que protege y guía a su gente desde el mar. El líder será aquél que pueda cabalgar las ballenas y está claro que debe ser un hombre con audacia, coraje y todas las virtudes que el cometido demande.

Pero se perfila una niña, que no es otra que Paikea (Castle-Hughes), quien deberá soportar primero el abandono de su padre y después el rechazo de su abuelo. El director aprovecha para reflejar cómo el respeto a los ancestros llevado a ultranza puede llevar a destrozar una estructura familiar y mofarse de los afectos. El final es optimista y hasta algo previsible, pero no mella la estructura de un filme notable.

Pedro Squillaci