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 domingo, 28 de diciembre de 2003

La crisis ganadera en el norte alienta la sojamanía
La poderosa industria cárnica de EEUU sufre por la vaca loca
El temor de los consumidorespodría derrumbar los precios.Aún así, países libres deBSE ven una oportunidad

La poderosa industria de la carne estadounidense se enfrentará a millonarias pérdidas por la detección de un caso de vaca loca en ese país, aunque todo parece indicar que el temblor provocado por la crisis impactará a nivel global. Aunque en magnitudes diferentes, la experiencia de la crisis de la BSE en Europa durante los 90, indica que el efecto pánico de los consumidores tuvo como consecuencia una depresión de varios años en el mercado de productos cárnicos a nivel global. Aún así, hay una larga lista de países que se anotan para hacer valer su condición de libre de BSE en los mercados que hasta el martes pasado eran atendidos por Estados Unidos. Por otro lado, el regreso de las vaca locas a primera plana hizo explotar los precios de la soja, el cultivo estrella del Mercosur.

Sobre el fin de semana, Estados Unidos puso en cuarentena un segundo rodeo vacuno en un intento por contener el impacto de la aparición de la enfermedad conocida como mal de las vacas locas en su territorio, lo que pone en riesgo a una industria ganadera de 27.000 millones de dólares.

El Departamento de Agricultura estadounidense dijo que la investigación emprendida después de que el mal fue detectado en una vaca lechera en el estado de Washington podría llevar varios meses. Entre tanto, más de dos docenas de naciones que han paralizado la importación de carne estadounidense.

Tras haber sufrido fuertes pérdidas en las primeras sesiones, por preocupaciones de los inversores sobre la posibilidad de que los estadounidenses reduzcan el consumo de la carne de res, las acciones de las principales compañías alimentarias repuntaron el viernes en Wall Street.

En Chicago, los principales beneficiarios de la crisis sanitaria fueron los los futuros de soja y harina, que cerraron la semana con espectaculares alzas sostenidas por los probables aumentos en la demanda derivados de la sustitución de harina animal por harina vegetal. La confirmación del caso de vaca loca generó una seria de especulaciones sobre la prohibición en el uso de las harinas de origen animal en la alimentación. Aunque Estados Unidos prohibió en 1997 el uso de harinas animales en la alimentación vacuna, se siguen utilizando en cerdo y aves. Chicago cerró el viernes más temprano, a los 7 dólares del miércoles se suma una ganancia de 11,85 dólares. La posición enero ajustó en 291.

En Argentina, principal exportador mundial de harina de soja, el mercado siguió la tendencia de Chicago, y la explosión de precios hizo que se negociaran 45.000 toneladas de soja disponible y entre 40.000 y 50.000 de nueva. La mercadería disponible se pagó 655 pesos, alrededor de 33 pesos por encima del cierre del día previo, lo cual marcó un nuevo récord en un año estrella para las cotizaciones de la oleaginosa. La soja nueva se negoció a 207 dólares.

El Departamento de Agricultura anunció que aumentará las pruebas que están siendo realizadas para ver si otros animales contrajeron la enfermedad. Asimismo, informó que revisará una serie de regulaciones del sector para determinar si deben ser más estrictas. Además, enviará un equipo de expertos comerciales a Japón, el mayor consumidor de carne estadounidense, para tratar de reanudar los envíos a ese país. El año pasado, el país asiático gastó 1.000 millones de dólares en productos cárnicos de Estados Unidos.

La aparición de un caso de vaca loca en Estados Unidos puede significar la apertura de nuevos mercados para los países latinoamericanos productores de carne, pero también implicará una reducción de los precios en el mercado y una retracción del consumo, estiman analistas y productores.

Representantes argentinos del sector de la carne estimaron que el país no se verá beneficiado por la aparición de vaca loca en Estados Unidos. La Sociedad Rural Argentina así como la empresa de elaboración de alimentos cárnicos Swift Armour y la firma Quickfood indicaron que a partir de ahora Estados Unidos extremará los controles hacia los países que le venden carne, como Argentina.

También opinaron que se podría producir una fuerte retracción del consumo de carne en Estados Unidos y que la suspensión de importaciones estadounidenses de varios países ocasionará un efecto depresivo en el mercado mundial del sector. Además, se retrasará la posibilidad de volver a vender carnes frescas a Estados Unidos.

En Brasil, que disputa el liderazgo de las exportaciones mundiales de carne con Estados Unidos, son más optimistas. Las ventas de carne brasileña pueden aumentar de 15% a 20% en 2004 a raíz de la aparición de Encefalopatía Espongiforme Bovina (BSE) en Estados Unidos, estimó el jueves el presidente de la Asociación Brasileña de Industrias Exportadores de Carne (Abiec), Marcus Vinicius Pratini de Moraes.

De todos modos, Brasil no puede venderle carne a México, Canadá, Estados Unidos, Japón, Corea del Sur y a Oceanía porque esos mercados no consideran al ganado brasileño libre de aftosa.

En Uruguay el gobierno se apuró a afirmar el miércoles que acelerará las gestiones para colocar carne en México y en los mercados asiáticos que suspendieron las importaciones cárnicas desde Estados Unidos.

Sin embargo, según Eduardo Blasina, de la consultora Blasina y Tardáguila, aseguró que la aparición de EEB en Estados Unidos "va a provocar una baja en el precio del ganado y se van a reducir fuertemente las exportaciones en el corto plazo".

Estados Unidos importa cifras similares de carne a las que vende hacia el exterior, alrededor de 1,2 millones de toneladas, y al cerrarse los mercados mundiales a su producción deberá volcarla íntegramente al consumo interno y suspender las compras externas, señaló Blasina.

La consultora Seragro estimó a su vez que "los precios de la carne y los ganados en el mercado interno (estadounidense) se reducirán en proporciones significativas, lo que también se trasladará a los productos que sigan importando".

Ron De Haven, veterinario jefe del Departamento de Agricultura norteamericano, informó además que la investigación para tratar de determinar cómo la vaca contrajo la enfermedad podría tomar tiempo. "Podría no ser un asunto de días. "Podría ser un asunto de semanas o meses", advirtió y agregó que la investigación podría "potencialmente" involucrar a muchos estados de la Unión.

El veterinario jefe indicó que los funcionarios pusieron en cuarentena un hato con 400 terneros en la localidad de Sunnyside, Washington, entre los que se encontraba una cría de la vaca Holstein infectada con el mal.

Previamente, esta semana, el Departamento de Agricultura ordenó la cuarentena de un hato de 4.000 cabezas de ganado en otra finca, en Mabton, en el estado de Washington, donde vivió la vaca enferma antes de ser sacrificada el 9 de diciembre.

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