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 domingo, 28 de diciembre de 2003

EL MUNDO
A las puertas de un nuevo despegue
Europa se recupera. Estados Unidos y China toman la punta con fuerte crecimiento y Japón avanza firme

Christine Oelrich

La situación de la economía mundial mejora: en Europa se observan los primeros síntomas de una recuperación, Japón avanza y Estados Unidos una vez más toma la delantera con sólidas tasas de crecimiento.

Hacía mucho que las previsiones económicas no eran tan positivas. No obstante, los economistas advierten contra las tendencias proteccionistas: en vez de abrir aún más sus mercados al libre comercio mundial, muchos países retroceden ante los desafíos de una mayor liberalización. El fracaso de las negociaciones durante la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Cancún, México, es una señal de alarma.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) prevé un fuerte impulso económico para los 30 principales países industrializados del mundo en 2004.

Para Europa, los expertos ven una luz al final del largo túnel coyuntural. Para los países de la zona euro, la Ocde augura un crecimiento del 1,8 por ciento. Estados Unidos, una vez más, será el puntero entre las naciones industrializadas, con una previsión de crecimiento de un 4,2 por ciento en el año 2004.

El 8,2 por ciento de crecimiento que se anotó la economía de Estados Unidos en el tercer trimestre de 2003 con respecto al mismo período de 2002 ya supone un muy buen presagio.

Al faltar un año para las elecciones presidenciales, George W. Bush se apresura a conquistar los laureles del excelente desempeño logrado por la economía estadounidense.

Con reducciones de los impuestos por un monto de 1,7 billones de dólares, su gobierno sentó las bases para el nuevo auge económico, se ufana el presidente. "La economía de Estados Unidos es fuerte, y va a ser aún más fuerte", vaticinó Bush.

En Washington reconocen entre bastidores que Europa podría adoptar medidas similares para encender la mecha del auge económico. Sin embargo, hace tiempo que los estadounidenses están acostumbrados a seguir siendo el motor de la economía mundial.

China se perfila cada vez más como segundo motor de la economía mundial. Según informaciones periodísticas, China aportó entre 1995 y 2000 la cuarta parte del crecimiento económico mundial, frente al 20 por ciento de Estados Unidos y el 16 por ciento de Europa. A Estados Unidos la fuerza de la economía china le parece algo sospechosa.

Con aranceles proteccionistas, Washington trató de desbancar a la competencia en el mercado estadounidense del acero. Sin embargo, a principios de diciembre Estados Unidos dio marcha atrás ante la amenaza de la Unión Europea de aplicar cuantiosas sanciones, después de que esos aranceles ya fueran declarados ilegales por la OMC.


Una advertencia desde EEUU
El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, ya había advertido sobre el riesgo de que se formaran nubes proteccionistas en el cielo de la coyuntura. En su opinión, sólo un sistema económico mundial lo más flexible posible es capaz de superar desequilibrios determinados por elevados superávit en algunos países y déficit en otros.

Para poder financiar y reducir el déficit de la balanza de bienes y servicios de Estados Unidos, que alcanzó ya la cifra récord del cinco por ciento del producto interior bruto, es imprescindible la mayor flexibilidad posible, según el presidente de la Reserva Federal.

También los países en vías de desarrollo y los emergentes acusan de proteccionismo a las naciones industrializadas. La ronda de negociaciones de la OMC en Cancún fracasó debido a que Estados Unidos y la Unión Europea no estaban dispuestos a reducir sus elevados subsidios agrícolas para que los países en desarrollo aceptaran abrir aún más sus mercados a las inversiones extranjeras. Con sus productos agrícolas generados a bajo costo, los países en desarrollo se topan con las barreras comerciales de los países ricos, cuyos subsidios mantienen los precios en niveles artificialmente bajos.

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