| sábado, 27 de diciembre de 2003 | Preocupa la falta de comunicación de los secuestradores de Rodríguez El empresario Jorge "Corcho" Rodríguez aguardaba este fin de semana que los secuestradores de su padre se comunicaran para acordar el pago del rescate, ya que sólo llamaron una vez y los investigadores lo interpretan como un modo de presión y una muestra de control de la situación.
En tanto, el fiscal federal antisecuestros a cargo del caso, Jorge Sica, investigaba hoy la llamada a un diario porteño de un preso que aseguró saber quiénes podían tener en cautiverio a Ernesto Rodríguez.
Desde el ámbito político, el gobernador de Buenos Aires Felipe Solá se refirió al caso al asegurar que la marginación de la policía bonaerense de la investigación responde a "una decisión del fiscal" y no a una cuestión de discriminación, aunque no descartó que tanto en este hecho como en otros secuestros haya policías o ex policías involucrados.
A cinco días del secuestro, un investigador policial del caso dijo hoy que "los secuestradores sólo llamaron una vez y se comunicaron con Corcho Rodríguez cuando estaba en Uruguay para avisarle que tenían a su padre".
El jefe policial, con vasta experiencia en materia de secuestros, le dio una doble interpretación a esa única comunicación en cinco días.
"Quieren demostrar que tienen la situación dominada, que son ellos quienes marcan los tiempos y las reglas del juego; pero a su vez están actuando con acción psicológica pura y saben que la incertidumbre que genera en la familia el paso de los días en época de Fiestas es un método de presión", dijo la fuente.
Por este modo de actuar y por cómo concretaron el golpe, los investigadores están convecidos de que se trata de una banda de profesionales que planificó el hecho con antelación y cuenta con una logística para prolongar el cautiverio el tiempo necesario.
El fiscal Sica, en tanto, hoy analizaba los dichos de un preso del penal de Ezeiza que ayer se comunicó con el diario Clarín para advertir que sabía quiénes podían tener cautivo a Rodríguez.
Pese a que los presos muchas veces suelen formular denuncias para lograr traslados o beneficios temporarios, una importante fuente judicial no le restó importancia al episodio al asegurar que "en este tipo de casos, no se puede descartar nada y se debe investigar hasta el más mínimo indicio".
Se trata de al menos el quinto caso en el que un preso da información de un secuestro, lo que alimenta las sospechas de que muchos delincuentes, pese a estar detrás de las rejas, aún tienen el poder de planificar un golpe o reclutar desde la cárcel las distintas células que participan de un secuestro.
Ernesto Rodríguez, de 74 años y con problemas cardíacos, fue secuestrado el martes pasado a las 7.30 a 150 metros de la entrada de su residencia de la localidad bonaerense de General Rodríguez cuando junto a su esposa salía en su auto rumbo a la Capital Federal.
La banda se llevó secuestrado a Rodríguez, liberó a su mujer Irma y se comunicó con la familia para exigir un rescate de 900 mil dólares, según fuentes del caso. (Télam) enviar nota por e-mail | | |