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 domingo, 14 de diciembre de 2003

Uñas
Frágiles y quebradizas

Las alteraciones de las uñas deben ser estudiadas correctamente porque así como pueden ser provocadas por procesos simples, también pueden formar parte de una enfermedad. Por eso, el examen clínico a veces sólo se reduce al de la uña enferma o de las veinte, pero en otros casos, se debe examinar también el pelo, la piel y las mucosas e investigar a través de una interrogatorio y de estudios laboratoriales la presencia de otras enfermedades. La fragilidad y la tendencia a la fragmentación, pueden observarse hasta en el 20% de la población. Su incidencia es dos veces mayor en las mujeres que en los hombres y aumenta con la edad.

Aunque no supone un problema grave desde el punto de vista de la salud, puede originar preocupación por sus repercusiones estéticas y dificultad para realizar determinadas tareas, no obstante, a veces es la manifestación de una enfermedad.

Las uñas frágiles y quebradizas (que es un motivo de consulta diaria) es un problema que puede ser provocado por la acción local de agentes físicos y químicos, infecciones , enfermedades, envejecimiento, mala nutrición o a la ingestión de diversos productos, fundamentalmente medicamentos. En muchas ocasiones, varios de estos factores actúan en forma simultánea o sucesiva y en otras no es posible descubrir ninguna causa que justifique la enfermedad.


Deshidratantes
Cuando nos referimos a los agentes físicos y químicos, debemos conocer que la humedad excesiva y especialmente el contacto repetido con agua caliente, es una causa frecuente de fragilidad. En el extremo opuesto, la sequedad ambiental y la exposición al calor y a las fuentes de aire caliente hacen que las uñas se deshidraten y se vuelvan quebradizas. Sin embargo, lavarse y secarse repetidamente las manos es el mecanismo nocivo más común. Otro factor importante es el manejo de sustancias químicas como los detergentes, productos alcalinos, ácidos, disolventes orgánicos y soluciones azucaradas.

Todos ellos pueden actuar como deshidratantes. Números productos utilizados para la cosmética, pueden actuar en forma nociva como los quita esmaltes, la acetona o acetato, algunas sustancias para eliminar la cutícula que tienen hidróxido de sodio y esmaltes o endurecedores que contengan formaldehído.

En las uñas de los pies, la compresión que ejerce el calzado o la presencia de suciedad o cuerpos extraños, asociado a un excesivo intento de limpiarlos agravan el daño.

El envejecimiento produce fragilidad de las uñas, pero se limita más a los dedos de las manos y suele acompañarse de estriaciones longitudinales, que no tienen un eficaz tratamiento. También hay una larga lista de medicamentos que pueden producir alteraciones como los utilizados para el tratamiento del cáncer u otras enfermedades. Por todo esto, el paciente con uñas quebradizas necesita un estudio cuidadoso y detallado, pudiendo a veces completarse con exámenes complementarios como análisis de sangre o cultivos, para llegar a un diagnóstico correcto y a un tratamiento que debe ser individualizado. Es importante que las uñas se mantengan cortas y limpias, si se emplea lima , se hará en una sola dirección y no en sentidos alternos. Además, debe evitarse la inmersión repetida en agua y el contacto con jabones, detergentes o productos químicos.

No obstante cuando existe una gran deshidratación es aconsejable por un lapso de 10 a 20 minutos, la inmersión en agua templada y luego aplicar alguna crema humectante. Debe evitarse tocarse o comerse las uñas. Los tratamientos para las infecciones por hongos dependerán de cada caso, siendo estos muy prolongados (más de seis meses en las manos y un año en los pies). Si la alteración está relacionada con algún problema interno, el tratamiento dependerá del mejoramiento de la enfermedad que causó la alteración. En los estados carenciales son de utilidad las vitaminas A, B y C, los aminoácidos, gelatinas y ácidos grasos esenciales.

Ramón A. Fernández Bussy

Dermatólogo

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