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 domingo, 14 de diciembre de 2003

Cuestionan por "inhumano" un método de ejecución

Dos condenados a muerte escaparon esta semana en Texas a su ejecución tras haber interpuesto recursos ante la Justicia, denunciando los sufrimientos provocados por una sustancia inyectada durante la ejecución, cuyo uso está además prohibido en ese Estado para sacrificar perros y gatos.

Tras los recursos, este método de ejecución (el más empleado en Estados Unidos, de lejos delante de la silla eléctrica, la cámara de gas, el pelotón de fusilamiento y la horca) es actualmente objeto de un debate en la Corte Suprema norteamericana.

Los abogados de Billy Vickers, de 58 años, condenado a muerte por el homicidio de un comerciante, y Kevin Zimmerman, 42 años, también condenado a la pena capital por un asesinato cometido en 1987, afirmaron que una de las tres inyecciones intravenosas administradas a los sentenciados era contraria al espíritu y la letra de la Constitución.

La controvertida sustancia es el bromuro de pancuronio, una droga a base de curare que provoca fuertes contracciones musculares y, según la defensa, sufrimientos terribles. A tal punto que ha dejado de ser usada por los veterinarios tejanos para sacrificar animales domésticos.

El método de ejecución por inyección letal fue aprobado en 1977 en Oklahoma, pero fue aplicada recién el 2 de diciembre de 1982 en Texas a un homicida, Charles Brooks, quien tuvo el dudoso honor de inaugurarla. Ya fueron ejecutados 718 condenados por inyección letal.

Si Nebraska es el único estado en recurrir a la silla eléctrica, otros nueve la proponen como alternativa a la inyección letal, cinco la cámara de gas, tres la horca y dos el pelotón de fusilamiento.

El condenado está amarrado sobre una cama parecida a un sillón odontológico. Dos agujas conectadas a largos tubos son introducidas en dos diferentes venas del brazo.

El primer líquido, una solución de tiopental sódico, comienza a manar de los tubos y adormece al condenado. Luego es el turno del bromuro de pancuronio, que paraliza los músculos y los pulmones. Finalmente, un flujo de cloruro de potasio provoca un paro cardíaco. (AFP)

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Una de las drogas del cóctel mortal fue prohibida.

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