| sábado, 13 de diciembre de 2003 | Una droga dura y de alto costo "Azúcar negro". Así llaman los consumidores a la heroína cuando la droga aún está sin refinar. Pero cuando ya está lista para consumir, en cambio, se convierte en horse , es decir caballo en inglés.
Se trata de una sustancia que se extrae del opio, al igual que la morfina y otras parecidas. Su consumo genera euforia y una sensación de bienestar, pero al mismo tiempo una fuerte dependencia, tanto a nivel físico como psicológico, y modifica sustancialmente la conducta del consumidor.
Sin refinar, es un polvo granulado color canela, de ahí la referencia al azúcar. Refinado, es blanco y cristalino. Se puede fumar, aspirar (la calientan sobre un papel de aluminio e inhalan el vapor) o inyectar. Sin embargo, la vía endovenosa es la más elegida por los consumidores, porque así los efectos son más inmediatos y al mismo tiempo mucho más intensos.
Los riesgos del consumo de heroína para la salud varían según la vía por la que se consume. Los especialistas sostienen que fumarla permite un mayor control de la dosis. La inyección, en cambio, es mucho más riesgosa, entre otras razones porque la jeringa se convierte además en un vehículo de contagio para otras enfermedades letales, como el HIV y la hepatitis.
En la Argentina las cifras sobre el consumo de heroína son bajas, pero algunos especialistas sostienen que esta sustancia circula mucho más de lo que se admite oficialmente. Sin embargo, está a años luz de alcanzar los niveles de consumo de la cocaína, que está mucho más extendido, o del consumo de heroína en los países del Primer Mundo.
Los expertos creen que la Argentina podría estar convirtiéndose en una ruta de tránsito de la heroína que proviene de Colombia y otros países productores de Sudamérica y viaja hacia Europa, por lejos el mercado más desarrollado de esta sustancia. Por kilo se llega a pagar 150 mil dólares a valor mayorista. enviar nota por e-mail | | |