| sábado, 13 de diciembre de 2003 | Rosario y la soja, de complejo productivo a cluster gigante Se necesitan acciones para que la competitividad alcanzada por la cadena se derrame a nuevos desarrollos Manuel Alvarado Ledesma (*) Hoy está de moda hablar de cluster. Pero, ¿qué es esto? Un cluster es una forma sofisticada de complejo productivo, en rigor, se trata de un grupo de empresas interconectadas e instituciones asociadas, dentro de un espacio geográfico común, que operan en un campo de actividad particular, vinculadas por características comunes y complementarias.
Dos aspectos caracterizan el mercado de las oleaginosas: la competencia y la inestabilidad. Mientras que el de granos es, esencialmente, un comercio norte-norte, el de aceites es más complejo. Tanto desde la oferta como de la demanda, se encuentran países desarrollados y subdesarrollados. Existen países o grupos de países que son, a la vez, importantes exportadores e importadores de aceites.
Frente a las fluctuantes e inciertas condiciones del mercado mundial, la formación y desarrollo de clusters, donde concurren todas las empresas ligadas, se convierte en una salida competitiva para los productores.
Desde una actitud, tan bien recitada por Martín Fierro, de que "la unión hace la fuerza", fácil es comprender las ventajas empresariales, al funcionar como cluster.
Allí concurren, además de productores, proveedores de insumos, maquinarias y servicios, instituciones financieras, empresas relacionadas tales como canales de distribución, clientes, etcétera, empresas de productos complementarios, proveedores de infraestructura especializada, instituciones de capacitación, información, investigación y soporte técnico, agencias reguladoras y asociaciones gremiales, entre otras.
Esta breve reseña tiene por propósito despertar la conciencia acerca de las ventajas derivadas del cluster. Ellas surgen de la incorporación de un nuevo concepto de operar y de nuevas prácticas empresariales para la mejora de la competitividad mediante una manera diferente de hacer negocios.
Ello exige entender que, en la actual economía, una buena parte de la ventaja competitiva se encuentra fuera de la empresa y hasta de sus sectores de producción tradicionales. Esta parte se basa en la calidad de la relación entre sus miembros, en las cuáles tanto las empresas, como los gobiernos y las demás instituciones, juegan un papel activo en la mejora de su competitividad. Por eso, es tan importante el capital social.
Economías de escala La principal ventaja competitiva de un cluster proviene de las economías de escala que se ganan en actividades empresariales, tales como compra de materiales, inversión en investigación y desarrollo, sistemas de información, infraestructura de distribución y almacenaje y gastos de promoción y ventas. Así, la eficiencia de las empresas y la calidad de sus productos mejoran por efectos de la especialización y, a su vez, la capacidad de respuesta gremial e institucional del sector se incrementa visiblemente.
El complejo sojero rosarino se asemeja cada vez más a un cluster. A un cluster gigante, pues genera el 80% de la producción sojera de todo el país.
La soja se cultiva dentro de un círculo, con un radio de 300 kilómetros. El centro es la ciudad de Rosario. La mayor parte de la industria de crushing se encuentra situada en Puerto San Martín y en San Lorenzo, al norte de Rosario, y en General Lagos al sur.
La industria aprovecha la ventaja comparativa que ofrece la pampa y la llanura argentina como proveedora de materia prima, además de la proximidad del río Paraná.
La zona combina eficientes puertos con una amplia estructura logística, ferrocarrilera, de crushing y de almacenaje.
La reciente construcción del puente Rosario-Victoria permite el ingreso de la producción de Entre Ríos a los puertos especializados sobre la margen occidental del Paraná. Por todo eso, Rosario es considerado hoy como el polo sojero más importante del mundo.
Un complejo en madurez Actualmente este complejo muestra evidencias de haber comenzado su etapa de madurez y manifiesta encadenamientos hacia los lados, adelante y atrás. En las fases agrícolas y de procesamiento industrial, se observan encadenamientos hacia atrás, tales como de maquinaria, herbicidas y semillas oleaginosas.
Por la tecnología incorporada, el área se encuentra en la vanguardia mundial y, por eso, se ha convertido en el principal exportador de derivados del complejo soja. El cluster que se está formando se potencia con las plantas industriales de última generación.
Estos encadenamientos han originado el desarrollo de una industria nacional de equipamiento, biotecnología e insumos. A su vez, se ha desarrollado una relación intrínseca entre los sectores primario e industrial. Por esta relación, los segundos brindan financiación para adquirir insumos y asistencia técnica a los primeros y así la industria asegura un abastecimiento de producto para el procesamiento.
Como mecanismo fortalecedor del complejo, la investigación ha desempeñado un papel preponderante por medio de los centros de investigación.
Hacia delante se muestra un complejo industrial que convierte el commoditie agrícola en aceite y en subproductos, proceso que permite duplicar el valor por tonelada.
El potencial para avanzar en la cadena hacia delante todavía es muy grande. En ese avance el marketing juega un papel preponderante. Sin embargo, este caminar es todavía muy lento porque el entorno institucional no estimula su desarrollo.
No hay suficiente seguridad jurídica, los recursos naturales están imperfectamente evaluados y son altos los costos de transacción.
Mientras tanto el cluster, bajo el estímulo de un capital social creciente, se articula cada día con mayor eficacia, pese a los inconvenientes mencionados.
(*) Economista. Autor del libro "La Argentina agrícola; un país que niega su destino". enviar nota por e-mail | | Fotos | | Nuevo horizonte para el comercio granario. | | |