Amenidades del weekend político latinoamericano

Uruguay y Venezuela retratan el retraso regional

Pablo Díaz de Brito / La Capital

Ayer se votó en Uruguay un referendo querido a todo trance por la izquierda. El dilema sometido a voto fue: ¿debemos seguir como en 1931 en materia de combustibles, con monopolio estatal absoluto, o en cambio es mejor hacer como el resto del planeta, en especial como la parte más exitosa y desarrollada, y abrirnos a los capitales privados, que no tenemos? La respuesta es obvia, pero ayer parecía casi un hecho que ganaría la primera opción, fogoneada por sindicalistas estatales y, no sin contradicciones, por el propio Tabaré Vázquez.

Uruguay es el mismo país en el que recientemente los empleados bancarios lograron una curiosa "conquista" gremial: evitar la instalación de cajeros automáticos en el banco encargado de pagar a los jubilados. Otro avance gremial impidió que las empresas de servicios puedan enviar las boletas por su cuenta. Para eso está el Correo, que es estatal, ni que decirlo.

El ente que motivó el referendo de ayer, Ancap, y que ejerce el monopolio del combustible, también se ocupa de alcoholes y cemento. O sea, de todo un poco. Bien podrían haber agregado la yerba mate y el carbón, ya que estaban en tren de crear monopolios estatales.

Más arriba en la geografía de la pobre pero siempre abigarrada América latina el cantante comunista orgánico Silvio Rodríguez entonó alabanzas al régimen cómico-dictatorial de Hugo Chávez, para conmemorar un nuevo aniversario de la "revolución bolivariana". Como buen juglar de corte que es, Silvio viajó a Caracas apenas recibió la orden de su monarca, Fidel. Allí encantó con sus gastados hits a la multitud bolivariana y aligeró las penas del afligido autócrata venezolano, afrentado por 3,6 millones de ciudadanos que se atrevieron, pese a todas sus furiosas amenazas, a firmarle en contra.

Pero aún entre estas ingratitudes, el compañero Hugo Rafael, como lo llaman los chavistas de pura cepa, sigue firme en lo suyo, hundiendo al país con un tesón digno de mejor fin. La canasta familiar creció 26 % este año (pese al control de precios) y la venta de autos cayó 50%. La Revolución va bien, evidentemente: destruye a ritmo creciente cualquier vestigio de modernidad económica y bienestar.

Para celebrar tantos éxitos, y entre otras amenidades, al cierre del Reafirmazo Hugo Rafael se cantó una ranchera ante los suyos, frente al palacio de Miraflores. Ese día comenzó la denuncia sistemática del abrumador Reafirmazo como un "megafraude".

Afirmación que preparaba lo anunciado ayer: que no admitirá un dictamen de la autoridad electoral favorable a las firmas reunidas por la oposición (ver aparte). ¿O es que alguien pensó en serio que se iba a ir del poder por las buenas y mansamente, solamente porque le juntaron una montaña de firmas?