La pintura también es contemporánea

Importantes exposiciones de Daniel García, Sergio Avello y Juan José Cambre en el Museo Castagnino

A toda pintura, parece ser la consigna. Es que las exposiciones del rosarino Daniel García (premio Konex al mejor pintor del país en el último quinquenio) y de Juan José Cambre y Sergio Avello, en el Museo Castagnino, permiten mostrar cómo la disciplina continúa siendo actual más allá de los avances tecnológicos y sus ofertas de nuevos medios.

Lejos resuenan las advertencias sobre los temibles efectos de la trementina lanzados a principios del siglo pasado cuando el arte conceptual iniciaba una cruzada sobre los riesgos de que convertir al arte en un propuesta que únicamente fuera lanzada a la retina del espectador. Los artistas tienen qué decir a través de la pintura, aunque no necesariamente los planteos coincidan con los cánones de belleza tradicionales.

En esta ocasión, en el Castagnino, se presentan dos exposiciones diferentes, una individual de García, denominada "Remordimientos", que reúne pinturas de los últimos años, y otra conjunta de Avello y Cambre, que fue organizada a partir de un acuerdo con el Fondo Nacional de las Artes. De esta manera, la entidad nacional de fomento a la producción artística realiza por primera vez una muestra en el interior del país, con la particularidad que Rosario fue la ciudad elegida para iniciar este programa federal.

"Con mis pinturas no estoy intentando decir nada -asegura García-, ni transmitir ningún mensaje o cosa parecida, o hacer alguna reflexión acerca de la realidad exterior, o acerca del medio que utilizo o el arte en general. No estoy interesado en nada de eso, aunque puede ser que eso pase, y me gusta cuando sucede. Me gusta cuando el espectador encuentra cosas en mis pinturas relacionadas con temas que me preocupan. ¿Contradictorio? No creo. Y de todas formas es algo sobre lo que no quiero tener control. Sólo querría lograr pintar un cuadro que produzca en mí el mismo efecto que las obras de los pintores que admiro. Algunas veces, en algunas obras, he estado cerca".

Pero, ¿con qué se encontrará el espectador? Sobre todo con una serie de dentaduras, gigantes, de frente, de costado, sacadas de algún libro de la especialidad, y hay indicios claros de que el artista está hablando de otra cosa. Si bien no sabe de qué, la enfermedad social es un tema recurrente de su trabajo y el personificar simbólicamente a los personajes de este mal es una de elección desde hace años. Una respuesta aparece con el único rostro, el de una chica, semicubierta su cara por pintura.


"Un proceso al que uno se somete"
Daniel García nació en Rosario en 1958, y estudió de técnico químico en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario. En 1981 cursó estudios sobre Teoría del Color, con Eduardo Serón, y, durante 1984, integró el grupo Artistas Plásticos Asociados de Rosario. Entre 1991 y 1992, asistió al taller coordinado por Guillermo Kuitca. Desde 1982 expone individualmente, y ha representado al país en 1997 en la Bienal de Venecia. También participó de otra importantes exposiciones internacionales como la Bienal del Mercosur en Porto Alegre y en la Bienal de La Habana.

"El hecho de pintar es un proceso como el de una enfermedad -ha dicho García-. Un proceso al que uno se somete. No se puede decidir cuando o como uno se enferma. Hay cierta inevitabilidad en el proceso, y yo vivo la pintura de la misma manera. Por eso, tal vez, las referencias a los estados del cuerpo, a los órganos, son recurrentes en mi obra".

Obra del rosarino Daniel García.