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 domingo, 07 de diciembre de 2003

¿Te acordás, hermano?: La Chancha Semprini, un fulbá de antes
El jugador de Central Córdoba y Newell's en el 50 recuerda el fútbol en los tiempos del ferrocarril

Miguel Pisano / Ovación

"Era medio gordito culón", resume la Chancha Semprini el origen de su sobrenombre, con esa elocuencia bien de barrio. El fulbá de Central Córdoba y Newell's en la década del 50 Emilio Héctor Semprini nació el 9 de agosto del 28 en el viejo Hospital Rosario, aunque su familia era del pueblo cordobés de Los Surgentes, como su primo, el Bolita Carranza. Ahora la Chancha canta 75, sentado en un banquito alto de la pilchería de su hijo Angel, en el corazón de Las Delicias.

Eugenia Bragnoli y Floriano Semprini eran correntinos hijos de gringos oriundos de Petrópoli, Monte Colombo, provincia de Rímini, que yugaban en el campo de sol a sol. "Mi viejo laburaba en el campo y en el galpón de Los Surgentes, y acá era albañil. Y mi vieja venía a Rosario a comprarnos", recuerda Semprini con ese orgullo propio de los argentinos que bajaron de los barcos.

-¿Por qué Chancha?

-Me lo pusieron acá, en el barrio, en la calle Olegario Andrade, porque era medio gordito culón.

-¿Dónde empezaste a jugar?

-Cuando vine a Rosario iba a las Escuela 79, de Mitre y avenida del Rosario, donde armamos un equipo y siempre jugué de defensor.

-¿Cómo llegaste a Córdoba?

-A los 15 ó 16 años, el Pacú Gómez Palacios, que jugaba de 7, me llevó a practicar a la quinta de Córdoba.

-¿Cómo formaba Córdoba cuando jugabas?

-Cappellini; Semprini y Basignani; Volpe, Morales y el Negro Acevedo; Olivera, Bolita Carranza, Indalecio López, Hermenegildo Rodríguez y Mansilla. Y el técnico era Manuel Montes.

-¿Cómo era aquel equipo?

-Eramos muy corredores, guerreros y luchadores. No había grandes jugadores, lo nuestro era morder, luchar y correr. Viajábamos en colectivo y comíamos algo debajo de los puentes.

-¿Basignani se murió corriendo?

-Le explotó el corazón en Bolivia, en el 52. Cuando escuché que había muerto un jugador rosarino en Bolivia, dije: "Murió Basignani". El Bocón corría por todos lados y no paraba nunca.

-¿Cómo eras como defensor?

-Discreto, iba bien de arriba y cuando me tiraba a los pies era porque estaba seguro de que ganaba.

-¿Tu viejo te echó de la casa por no jugar un partido en Córdoba?

-Mi viejo era delegado de la cuarta especial. Yo en Independiente de Monte Buey ganaba 500 pesos por partido y acá 40 de local y 60 en Buenos Aires. Andaba bien y venía el clásico, entonces no fui a Buenos Aires con Córdoba y el sábado a la noche me fui a Monte Buey. Mi viejo subió a revisar el colectivo y gritaba: "¡Lo voy a matar, si viene esta noche a mi casa, no entra más...!". Esa noche me fui a dormir a la casa de mi hermana mayor, Blanca. Y al final me salvó mi vieja, que le dijo que si yo no entraba ella tampoco volvía, entonces nos fuimos a vivir un tiempo a la casa de mi abuela.

-¿Cuándo jugaste en Newell's?

-En Newell's jugué del 55 al 58, con Nardiello, Puppo, Pereyra, Picot y Yudica. El Negro Picot ya era más viejo, jugaba bien pero no entraba al área. No figurábamos mucho, pero después los otros cuatro delanteros se hicieron famosos.

-¿Jugaste con Griffa?

-Griffa le pegaba hasta a la madre. Me acuerdo que cuando jugaba en contra del Bocón, Griffa le decía: "Vos a los tuyos y yo a los míos". Griffa jugaba de 5 y yo andaba bien porque Coqui adelante les pegaba a todos. Yo pegaba, pero con la pelota. En cambio él te raspaba desde atrás.

-¿Cuando salían en el tren a Buenos Aires los equipos rosarinos ya perdían 2 a 0?

-No, pero en aquellos tiempos a los rosarinos se nos hacía difícil jugar en Buenos Aires porque nos bombeaban. Un día hice una chilena, el jugador más cerca estaba a cinco metros y el árbitro cobró penal. Labruna lo puteaba al referí y el árbitro le decía: "Señor Labruna, cuide su vocabulario". Yo era más o menos pegador, el referí me cobraba y a la segunda ya me hablaba, en cambio con ellos no pasaba nada. Teníamos muchos delanteros que eran pibes, entonces había que aguantar con la defensa y nos metían en el arco.

-¿Una vez les pegaron en Chacarita?

-Un día llegamos a la cancha de Chacarita y los hinchas nos recibieron para saludarnos, pero cuando se acercaron nos cagaron a piñas y a patadas, y a uno lo lesionaron.

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