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 domingo, 07 de diciembre de 2003

La devaluación los volvió a la vida pero el futuro se juega en que se recuperen los niveles de ventas de autos del año 98
Los autopartistas prenden velas por una explosión del consumo
El sector trabaja al 80% de su capacidad. A través de la especialización, busca además subir las exportaciones

Patricia Martino / La Capital

La necesidad de que Argentina deje su rol exclusivo de exportador de materias primas y se convierta en un país productor de bienes con valor agregado se plantea como una de las mayores preocupaciones del gobierno pero también de los distintos sectores de la economía. Los autopartistas saben que generar componentes con alto grado de industrialización requieren de gran cantidad de mano de obra. Además, mueve la actividad en muchos sectores vinculados.

Con la devaluación, la cadena autopartista encontró una salida luego de la profunda crisis por la que atravesó desde el 98. De todos modos, buena parte de las expectativas de los fabricantes se juega en la evolución del consumo interno. Es decir, que los argentinos recuperen la capacidad de comprar autos para que las terminales automotrices, por lo menos, vuelvan a producir 500 mil autos como en el 98 y no los actuales 200 mil. Es que el sector depende en gran medida de la producción nacional de automóviles, aunque el porcentaje de autopartes utilizadas en la producción local de vehículos viene mostrando una fuerte contracción, particularmente en motores. Por eso, aunque aumentaron su actividad notablemente, las fábricas operan entre un 70 y 80% de su capacidad productiva.

El efecto multiplicador de las fábricas de autopartes es importante. Por cada empleo directo generado en las terminales se producen cuatro empleos indirectos. El sector autopartista genera unos 27 mil empleos directos, divisas por 1.200 millones de dólares, y representa el 3% del PBI industrial.

El 85% de las empresas están localizadas en Buenos Aires (44%), Córdoba (30%) y Santa Fe (11%) y hay 390 firmas con un promedio de 70 empleados cada una. Pero además la cadena se amplía con otras actividades vinculadas: 1.700 empresas rectificadoras y 7 mil casas de venta de repuestos.


Más competitividad
Con la paridad uno a uno muchas fábricas autopartistas cerraron, y las que no llegaron a esa instancia vivieron una crisis muy profunda. El sector se debilitó, principalmente, porque las importaciones de Brasil reemplazaron a la producción nacional. Sin embargo, hoy por hoy algunas empresas argentinas tienen precios más competitivos que los del vecino país.

El fuerte proceso de nacionalización posdevaluación dio sus frutos y en muchos casos la demanda superó la oferta. Las fábricas tuvieron que salir a responder el incremento de actividad tal cual estaban instaladas y eso dificultó lograr una mayor productividad.

La dificultad para acceder al crédito sigue siendo una traba para ampliar el funcionamiento de las empresas. Muchas necesitan renovación y actualización tecnológica para adecuar las instalaciones a la creciente demanda y otras para capital de trabajo. No obstante, de continuar o incrementarse los actuales niveles de actividad, existen varios proyectos de inversión dando vuelta por la región.

Los autopartistas recompusieron sus cuentas por el acortamiento de los plazos de pago, que no superan los 30 días, pero el sector reclama políticas más claras que respalden la actividad para animarse a invertir. Las pymes, sobre todo, remarcan la necesidad de gestionar créditos a tasas subsidiadas.


Las expectativas
"El nivel de actividad está sobrevendido", disparó Francisco Di Benedetto de retenes DBH, al hablar de la etapa por laque atraviesan las empresas autopartistas. Si bien algunas fábricas se encuentran muy bien equipadas en tecnología, la mayoría responde a la mayor demanda con las instalaciones que de los 90. Década en la cual, si bien la actividad era menor, la posibilidad de adquirir maquinaria respondía a la ecuación inversa.

El empresario local destacó que la financiación es indispensable para el sostenimiento de la reactivación.

Asimismo, Di Benedetto reclamó que el gobierno sostenga el dólar en torno a los 3 pesos para que las exportaciones sean sustentables. Retenes DBH exporta un 30% de su producción y -aseguran- no desarrollaron más mercados por el problema de la rentabilidad.


Políticas de apoyo
Por su parte, el secretario de Industria, Comercio y Servicios de la provincia, José Gariotti, advirtió que a la hora de generar políticas nacionales el sector autopartista no es tenido en cuenta, como sí lo es el automotriz, a pesar de que genera mucha más mano de obra que las terminales.

También citó algunos ejemplos que explican por qué se debe fomentar la exportación de autopartes y por qué el país debe generar productos con valor agregado. Por cada tonelada de autopartes ingresan entre 6 y 7 mil dólares. En cambio, por cada tonelada de Manufactura de Origen Agropecuario (MOA) ingresan 1.200 dólares y, por cada tonelada de productos primarios, unos 300 dólares.

Alejandro Pastore, gerente general de Ferrosider, la empresa que compró a Cimetal, sostiene que la tendencia a nacionalizar la producción de autopartes es favorable para la economía del país. "El efecto multiplicador que genera el sector es una de las características más notorias y la consiguiente ocupación de mano de obra es más que importante", señaló el directivo.

Aunque Cimetal recién está recomponiendo sus instalaciones, Pastore indicó que existen proyectos para que las ruedas argentinas viajen a los mercados internacionales. Asimismo, prevén inversión en tecnología para responder a una mayor demanda.

Los mismos planes de inversión son los que Paraná Metal tiene en marcha. José Manuel Cenoz, gerente general de la compañía, aseguró que la renovación y actualización tecnológica, además de la adecuación permanente de las instalaciones por la creciente reactivación del mercado hacen que la empresa planifique inversiones en esta área.

"El incremento de la actividad exige una respuesta sólida de las instalaciones, tecnología y capacitación del personal para la producción", explicó el gerente. En tanto, remarcó que toda la industria en general necesita facilidades de financiamiento y también medidas que favorezcan la competitividad.

Paraná Metal aumentó su producción en octubre y noviembre de 2003 un 40% por encima del promedio del 2002. Aunque actualmente el 90% de sus autopartes van al mercado externo, principalmente la industria automotriz de Brasil, la empresa apunta a incrementar su participación en el país.

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Las autopartistas buscan calidad internacional.

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