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 sábado, 06 de diciembre de 2003

El novedoso proyecto fue plasmado por jóvenes de la Técnica 456 de Gálvez
Alumnos crean un ladrillo económico que es aislante del calor y los ruidos
Por su idea recibieron el segundo premio en un concurso en el que participaron 496 trabajos de todo el país

Carlos Pulvirenti / La Capital

Gálvez. - Rocío González cursa segundo año del polimodal en la Escuela de Educación Técnica (EET) Nº 456 de Gálvez, distante a 120 kilómetros de Rosario, y junto a cinco compañeros obtuvo el segundo puesto en un concurso en el que participaron 496 proyectos de todo el país por su creativo invento. La propuesta que presentaron consistió en la elaboración de un ladrillo para techos hecho de un hormigón alivianado con telgopor molido y con botellas de plástico de dos litros y cuarto en su interior. La idea premiada apunta a generar ahorro dado que el costo de un ladrillo es 30 por ciento menor al de uno clásico y un 15 % más liviano, además es aislante térmico y acústico. Por si fuera poco también es ecológico.

"Participamos en el concurso Emprendedores Sub 20, sobre casi 500 proyectos quedamos entre los cinco finalistas, entonces viajamos a la Universidad de San Andrés en Buenos Aires para defender nuestra propuesta. Obtuvimos el segundo puesto hace una semana. Desde que supimos del proyecto, a mediados de agosto, comenzamos a elaborar la idea, la iniciativa se me ocurrió a mí", contó emocionada Rocío.

Además de la joven, el equipo que realizó el proyecto estuvo integrado por Vanesa Leschenne, Graciana Gallay, Mariel Meneces, Matías Sandín y Bruno Buonagenna. "Recurrimos a profesores y hasta a contadores porque tuvimos que hacer un análisis real de creación de una empresa. Yo y tres compañeros vamos a construcciones y dos a la especialidad de electromecánica en la EET 456. En construcciones estudiamos 21 alumnos de los cuales hay sólo siete mujeres, eso es común en las escuelas técnicas. Es más, en el curso de mecánica únicamente dos son mujeres", detalló.

El proyecto presenta interesantes variantes por su uso práctico y el bajo costo de elaboración. "Mejoramos los precios que tenemos en la región, un cerámico cuesta 1,80 peso y el que fabricamos tiene un valor de 1,10, además el ladrillo es un aislante térmico y acústico debido al plástico de las botellas que contiene en su interior y es un 15 % más liviano que los cerámicos para los techos debido al telgopor molido. En un techo se disminuyen muchos kilos de peso -una losa de 10 metros cuadrados construida con ladrillos pesa 600 kilos, en cambio con el nuestro sólo 510-, es decir bajamos 90 kilos", especificó Rocío.

"El ladrillo -aclaró- es un 30% más resistente que los otros. La aislación térmica y acústica es óptima ya que la temperatura del ambiente no se pierde ni se modifica. Al no existir flujo de aire en el ladrillo el sonido se convierte en calor y se disipa por tener una superficie porosa. La adherencia es muy buena debido justamente a la porosidad de su superficie, por lo cual no se necesita la aplicación de aditivos para los cielos rasos".

El concurso Emprendedores Sub 20 fue organizado por la Universidad de San Andrés (Buenos Aires), el diario Clarín y la Fundación Noble, y participaron escuelas de todo el país. El primer premio correspondió a un establecimiento educativo de Río Negro, que presentó un proyecto sobre ají molido que da trabajo a unas 100 personas.


Para mejores Fonavis
"Nuestro proyecto apunta a que el producto sea útil para familias que deseen construir sus hogares con una mejor calidad de ladrillos para techos y a menor costo. También para las municipalidades y comunas en planes de construcción de viviendas Fonavi. La idea sin duda puede generar fuentes de trabajo en la sociedad. Si bien no demandará de una gran cantidad de operarios, impulsará indirectamente a una reactivación comercial en el ámbito de la construcción y al abaratar el costo se permitirá realizar casas sin tener necesidad de llegar a hacerlas de chapa", acotó.

"Al presentarse este concurso, decidimos participar ya que creímos una buena ocasión para aplicar lo que estamos estudiando. Ya que asistimos a una escuela donde pertenecemos unos al área de electromecánica y otros al de construcciones. En ambas nos enseñaron que debemos siempre estudiar la realidad que nos rodea. Por esto vimos que debíamos crear algo que promueva la economía del país abriendo puertas a la construcción y disminuyendo el nivel de contaminación", aclaró.

"La gran diferencia es que este ladrillo radica en los materiales que lo componen. Para su elaboración se usaron botellas plásticas de 2 1/4 litros no retornables, que se ubicaron dentro del ladrillo en forma perpendicular al sentido de las viguetas, y un hormigón compuesto por cemento portland, arena y telgopor molido, que es la parte consistente del producto, el cual recubre totalmente a las botellas, por lo que es totalmente macizo", detalló Rocío.

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Los alumnos en la Universidad de San Andrés.

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