| miércoles, 03 de diciembre de 2003 | Una película que busca el rédito de una conocida serie televisiva "Swat" se preestrena hoy en Rosario junto a la nueva "American Pie" Samuel L. Jackson y Collin Farrell protagonizan el filme sobre un grupo especial de la policía californiana Fernando Toloza / La Capital En la línea de películas que se basan en series de televisión, llega hoy a los cines de Rosario "Swat. Unidad especial", protagonizada por Samuel L. Jackson y la nueva cara joven del Hollywood taquillero, Collin Farrell. El filme se monta en la fama del programa de la pequeña pantalla pero cuenta otra historia y del original apenas quedan los nombres de los protagonistas. El productor de la versión de cine es el mismo de "Triple X" y "Rápido y furioso", como para asegurar un filme veloz y de resultado garantizado en el comienzo de la temporada de vacaciones.
"Swat" cuenta la historia de cómo se forma un grupo de elite de la policía de Los Angeles. El teniente Hondo (Samuel L. Jackson) recibe la misión de armar una agrupación para enfrentar casos de delincuencia extrema. Entre otros, elige para esa labor a Jim Street (Collin Farrell), un ex integrante de Swat que fue degradado por su comportamiento en una situación de toma de rehenes.
Además de mostrar el mundillo policial, la película propone como historia el combate de las huestes de Swat contra un narcotraficante, quien al ser apresado ofrece 100 millones de dólares a cualquier persona que lo libere. La recompensa pone a todo el elemento del crimen de Los Angeles en contra de Swat, que ya de por sí soporta las tensiones internas de los otros policías, quienes quieren que tanto Hondo como Street fracasen en su nuevo cometido.
Swat es la sigla de Special Weapons and Tactics (armas especiales y tácticas). El tema sedujo al público en Estados Unidos, que colmó las salas cuando la película se estrenó en ese país en agosto pasado y logró una recaudación de 37 millones de dólares en su primer fin de semana. La fascinación norteamericana por las armas y por descubrir villanos de todo tipo contribuyó al éxito de la película que hoy llega a Rosario, aunque su historia sea conocida de sobra.
La brigada de Swat que se puede ver en el filme dirigido por Clark Johnson (debuta en el largo para cine) incluye a otros componentes además de Street y Hondo, pero son estos dos los que llevan el peso de la historia.
Street fue castigado en el pasado por una acción como miembro de Swat, al igual que su amigo Gamble (Jeremy Renner). Frente a la situación sus caminos se separan. Street espera una nueva oportunidad y Gamble se va de la fuerza, para convertirse, tras algunos fracasos como ciudadano común, en un criminal que pondrá en jaque a Swat. Hondo, por su parte, enfrenta el hostigamiento de un colega, quien lo ve como poco ortodoxo.
La película retoma la idea de que no hay peor enemigo que el antiguo amigo o adepto pasado al bando contrario. Es una convención que está desde siempre en los filmes de acción y que, a pesar de su reiteración, sigue rindiendo frutos. "Los ángeles de Charlie II", por ejemplo, empleó el recurso y la aparición del "ángel caído" interpretado por Demi Moore es lo mejor de la película.
En "Swat" la conversión de Gamble al bando del mal es un espejo de lo que podría haber sido la vida de Street y sirve para relevar su fuerza de moral, el convencimiento que le evita caer en las antípodas de todo aquello en lo que cree. De alguna manera, es la concepción de que para cada héroe hay un villano, como dejó claro M.Night Shyamalan en su película "El protegido", aunque en Swat falte el encanto del mundo historieta.
Otro clásico que "Swat" se permite utilizar es que el villano sea extranjero. El narcotraficante que pone en aprietos al escuadrón es de ascendencia francesa y en la pantalla lo interpreta el galán Olivier Martinez ("Infidelidad").
En definitiva, la película protagonizada por Samuel L. Jackson y Collin Farrell promete un caso típico de personajes preestablecidos. Por eso la mejor manera de tomarse "Swat" es en clave de juego de héroes y villanos, no poner mayor expectativa que deleitarse con lo ya sabido. Es decir, no esperar grandes profundidades, giros en el género, alguna buena historia ni revisiones ideológicas. Aunque, por supuesto, estas últimas sean posibles y "Swat" bien puede ser una cinta emblemática, un testimonio de cómo el cine estadounidense de gran entretenimiento no aparta la vista de sus razones y discursos típicos, con algunas excepciones, como "Mi gran casamiento griego", aunque, claro, era otro género y detrás de ella estaban Tom Hanks y su esposa, quienes fueron el puente para que la película se llevase adelante.
"Swat" nunca fue una serie de culto en la Argentina. Tuvo sus buenos momentos, especialmente con las figuras invitadas entre las que se contaron Leslie Nielsen, Sal Mineo, Cameron Mitchell y la por entonces apetecible Farrah Fawcett. Su perfil policial hizo difícil la identificación. En general, el público elige para convertir en objetos de culto otro tipo de series, aquellas donde la transgresión está a la orden del día y refleja, en su carácter secreto, la anónima vida que lleva la mayoría de las personas. Igual, "Swat" llega hoy a Rosario en un preestreno, como si fuese una de las películas más esperadas. El público sabrá. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Samuel Jackson interpreta al líder de la escuadra. | | |