| sábado, 29 de noviembre de 2003 | Irak y la reelección de Bush Washington. - La sorpresiva visita a Bagdad del presidente estadounidense George W. Bush el jueves para celebrar el Día de Acción de Gracias se produjo en momentos en que demócratas y republicanos preparan sus estrategias para la elección presidencial de 2004, en la cual Irak será un tema clave. Esta visita "fue coordinada con una campaña republicana tendiente a que los demócratas aparezcan como poco patriotas y criticando al presidente" en lo que concierne a su política iraquí, opina Alan Lichtman, profesor de ciencias políticas en la American University de Washington.
"El tema de Irak jugará un importante papel en la elección del año próximo. Cuando la economía mejora, Irak se convierte en un tema más importante para los demócratas", estima Stephen Hess, experto en temas políticos de la Brookings Institution de Washington. Los candidatos a la investidura demócrata para la elección presidencial de 2004 reaccionaron con cierta incomodidad al viaje.
Víctima demócrata Una de las primeras víctimas demócratas de la visita de Bush es la senadora Hillary Clinton, esposa del ex presidente Bill Clinton, estima Larry Sabato, profesor de ciencias políticas en la universidad de Virginia. La ex primera dama llegó ayer a Irak proveniente de Afganistán, donde celebró la fiesta del Día de Acción de Gracias con las tropas estadounidenses, al mismo tiempo que Bush cenaba con el tradicional pavo en el aeropuerto de Bagdad con unos 600 miembros de la primera división blindada.
En términos generales, los expertos consideran que la visita de Bush fue una operación brillante desde el punto de vista simbólico. "Fue una brillante maniobra política, ya que por primera vez se expuso físicamente al peligro, estuvo en la primera línea para sostener su política y eso eleva mucho la moral de las tropas", estima Alan Lichtman. "Esto muestra lo que un presidente puede hacer. Cuando quiere, puede modificar los títulos de la prensa. Ningún precandidato demócrata tendrá jamás ese poder. Eso les preocupa realmente", estima Larry Sabato. "Esto muestra el buen político que es Bush. Es difícil encontrar una crítica legítima a este viaje", opina Stephen Hess.
El presidente estadounidense "es el comandante en jefe de las fuerzas armadas. Siempre dispone de una ventaja en situaciones como ésta. Los demás son sólo políticos. (Bush) utiliza esto de forma muy simbólica con mucha habilidad en términos de relaciones públicas", agrega, destacando el impacto de la imagen del mandatario sirviendo el pavo a los soldados.
A corto plazo, los expertos consideran que la visita le dará un empuje a Bush en las encuestas. Pero a largo plazo los especialistas son mucho más escépticos. "Finalmente, el éxito de su política en Irak depende de lo que suceda en el terreno", señala Hess. "Un presidente no puede controlar que mueran soldados", opina Larry Sabato. "Esta visita no ha cambiado nada fundamental en Irak. Si continúa el mismo nivel de caos y de muertos en noviembre de 2004, creo que Bush tendrá grandes dificultades para ser reelecto", estima. (AFP) enviar nota por e-mail | | |