Genes mutantes

Si bien no se sabe exactamente el origen de la enfermedad, algunos genes predisponen más a ciertas personas que a otras. Por ello, las mujeres con antecedentes familiares deben realizar su primera mamografía a los 35 años, mientras que la generalidad puede empezar a los 40.

Sobre este aspecto, el doctor Miguel So-vrán, ginecólogo miembro de la Asociación de Mastología de Rosario, explicó que el 5% de los cánceres son hereditarios (los genes Bcra 1-2 mutan a lo largo de la vida y se expresan produciendo la enfermedad); el 15% son familiares, es decir que existe la predisposición pero no siempre lo pueden heredar; y el 80% son esporádicos, se dan al azar.

Más allá de la presencia o no de antecedentes, el doctor Sovrán hizo hincapié en el valor de la detección precoz, ya que "cuanto antes se descubran los tumores, más eficaz resultará el tratamiento". El 25% de los cánceres de mama que se descubren son carcinomas in situ (no infiltrantes), que no llegan a hacer metástasis fuera de la mama o en los ganglios. Un porcentaje mayor son infiltrantes, pero de tamaño cada vez menores gracias a la realización de exámenes periódicos que permite detectarlos cuando son pequeños y a veces están ocultos en el interior de la mama. Este tipo tiene un tamaño inferior a los 3 centímetros, y en ocasiones, menores a 1.

Los carcinomas mamarios se tratan principalmente con cirugía y radioterapia, y en ocasiones se utilizan terapias adyuvantes en base a quimioterapia, tratamientos hormonales, bloqueadores enzimáticos y de receptores hormonales.