| domingo, 16 de noviembre de 2003 | La Cumbre: Palco a la montaña Una cabalgata por la sierra, un trekking por los cañadones y las mesetas, un descenso vertiginoso por las quebradas con el viento en la cara, una trepada hacia un cerro desconocido, un té en una galería con la vista de la serranía a lo lejos, o un almuerzo con deguste de fiambres típicos.
Estas cosas y otras más se viven en la estancia El Viejo Piquete, donde también se puede contratar la visita al cerro Uritorco, entre otras travesías.
Ubicada sobre el faldeo del cerro La Loma Grande, a 1.400 metros sobre el nivel del mar, el casco de la estancia se presenta entre hondonadas y vertientes de arroyos, con árboles frutales y huerta orgánica para abastecerse.
La casa principal, que se levanta en un predio de 3 hectáreas, sólo cuenta con tres habitaciones, lo que la vuelve muy familiar, algo que además se abona con la presencia de los dueños, la joven pareja de José y Carolina Estensoro y una mezcla de ángel y gnomo que se llama Cruz.
Allí se hace imposible no interactuar con la naturaleza. Apenas se sale del casco, las sierras invitan a caminar. Muy cerca de la casa están los caballos, que esperan para andar cuesta arriba por terrenos inexplorados. Se pueden hacer cabalgatas desde una hora hasta travesías de cuatro días, y cabalgatas a luna llena.
Experiencia única Una caminata se convierte en una experiencia única de ecoturismo, y en bicicleta las cosas se ven de otra manera. Los trayectos pueden ser también cortos o de día completo, depende de los gustos.
Lo cierto es que la aventura de las salidas contrasta y al mismo tiempo se complementa con la paz y la tranquilidad casi de cuento que se viven en la casa, donde un gran living de arquitectura campestre invita a quedarse escuchando música sentado en unos sillones inmensos, o donde una galería se vuelve un palco privilegiado para mirar las sierras. enviar nota por e-mail | | |