| domingo, 16 de noviembre de 2003 | ¿Te acordás hermano? de Félix Ibarra El vasco fue centrofoguar de C. Córdoba del 30 al 41, donde jugó con Gabino Sosa Miguel Pisano / La Capital "Antes no había más que fútbol", razona a los 91 años con la lógica de entonces el Vasco Ibarra, el ex centrofoguar de Central Córdoba de la década del 30 que jugó con el legendario Gabino Sosa, en la tranquilidad de su casa en La Florida, donde comparte con Ovacion un café con torta casera, que preparó especialmente Dora Marta, una de sus hijas mellizas.
Félix Octavio Ibarra nació el 18 de mayo del 12 en Totoras, entonces Santa Teresa, en las lejanas épocas en las que el ferrocarril se llamaba Totoras-Central Córdoba. Hijo de vascos santiagueños, el padre se llamaba Ciriaco Evaristo y era un militante demócrata progresista muy amigo de Lisandro de la Torre, que fue presidente de comuna, juez de paz y participó activamente de los tiempos de la política con el bufoso al cinto.
"Cada pueblo llevaba el nombre del donante de las tierras y en San Jenaro se armó el batifondo. En el 30 los radicales ganaron la provincia. En el pueblo eran más radicales y en la estación más demócratas, entonces los radicales vinieron de Santa Fe con los sellos y le cambiaron el nombre: le pusieron San Jenaro Norte al pueblo, y a la estación le quedó San Jenaro por el ferrocarril", cuenta el Vasco la historia de la Pampa Gringa.
-¿Quién te puso Zorro?
-Un pibe del colegio de Totoras, que me dijo: "Vos sos un zorro melonero".
-¿Vos fundaste Totoras Juniors?
-A Totoras Juniors lo fundamos en 1924, cuando yo tenía 12 años. Ahí jugué mis primeros partidos y por el presidente del club, Francisco Calderari, me mandó una carta cuando Totoras Juniors cumplió 50 años.
-¿Cómo llegaste a Córdoba?
-Después de Totoras Juniors jugué un año en Sportivo Rivadavia y tres en Atlético San Jenaro. En Central Córdoba me conocían algunos jugadores, entre ellos Gabino Sosa, que nació en 1899, y a los 18 años vine a una práctica con la tercera, que eran los viejos relegados pero que jugaban, entre los que el Chueco Aguirre era el insai izquierdo, y yo los trataba de usted.
-¿Cómo era Gabino Sosa?
-Yo era bueno para gambetear y la primera pelota que agarro paso a dos o tres y uno me la roba. Entonces Gabino me llamó y me dijo: "No es así el problema. Usted la agarra, la baja y nos la da a nosotros, que la vamos a llevar adelante". Y fue como si me hubieran sacado un peso de encima.
-¿El era conocido en Europa?
-En aquel tiempo no había más que fútbol y jugar con esos futbolistas, que eran internacionales y habían estado en Europa, era un sueño. Un día jugaban los alemanes y los franceses en Europa y mi hermano Evaristo, que estaba allá, fue a verlos y le tocó una butaca junto a argentinos y uruguayos, que hablaban de Gabino, de Seoane y de Raimundo Orsi, el del primer gol olímpico ante Uruguay.
-¿Cómo quedaste en Córdoba?
-Primero parecía que iba a jugar en primera pero vine a jugar un amistoso en segunda en Semana Santa, había almorzado y me descompuse. Después me llamaron a otro amistoso, pero ya estaba más canchero y me sacaron a los 15 minutos y me hicieron volver el domingo a firmar en la Liga. Lo demás vino solo porque jugar con esos bárbaros era muy fácil, si no los podían agarrar.
-¿Jugaste en la primera selección de la Asociación Rosarina?
-Jugué en el combinado cuando se formó la Asociación Rosarina en lugar de la Liga, con el profesionalismo. Tuve la suerte de jugar con esa clase de jugadores como los de la delantera. Medina era fuerte como un toro, ligero, peleaba y pateaba con cualquier pierna. Morales era un extraordinario jugador. Gabino, un maestro. El Chueco Aguirre, otro fenómeno. Y el wing izquierdo era el paraguayito Velázquez, que vino con el Babacho Rivas a Central, y que volvió y lo mataron en la guerra de Bolivia y Paraguay.
-¿Cómo era aquel fútbol?
-Ahora buscan anular a los que hacen muchos goles. Fútbol como aquel no he visto. Los europeos eran duros, como los primeros italianos. Yo jugué contra Pedernera y Loustau, pero había muchos equipos con muy buenos jugadores.
-¿Seguís yendo a la cancha?
-No, porque no puedo oír que puteen o que tiren ladrillazos.
-¿Por qué aquellos jugadores no jugaron en Europa?
-Yo jugué en Córdoba del 30 al 41 y los dirigentes de esa época cuidaban mucho la plata, pero mucho no querían salir. Un día el presidente de Racing, Malves, le preguntó a Carlos Onis, el presidente de Córdoba: "¿Por qué no va a Europa con ese equipo?". Y el Colorado le contestó: "Porque vuelvo más solo que San Martín".l enviar nota por e-mail | | Fotos | | "Jugar con esos bárbaros era fácil", dijo Ibarra. | | |