| domingo, 16 de noviembre de 2003 | Alma y corazón Rugby: Duendes ganó y es finalista Pablo F. Mihal / La Capital A Duendes no le sobró nada, pero realizó un trabajo que le alcanzó para meterse una vez más en la final del Nacional de Clubes. Ayer, en una de las semifinales, superó a Alumni por 24 a 20 en un partido que tuvo un trámite intenso y en donde la emotividad estuvo presente hasta el final.
Una vez más los verdinegros sacaron a relucir sus dotes que lo colocaron en el sitial más alto del interior y ahora en la definición del torneo de clubes que intenta ser el más importante de la Argentina. Apostaron al esfuerzo mancomunado, a la inteligencia para elegir los momentos y los caminos correctos para vulnerar a su oponente.
En el milenario libro de Sun Tzu "El Arte de la Guerra", el autor explica que quien conoce a su adversario y se conoce a sí mismo tiene el éxito asegurado. En ese sentido Duendes fue un fiel exponente de esa máxima ya que supo cómo jugarle a un rival muy complicado (de hecho era el defensor del título) a partir de un plantel que no es numeroso pero en el que cada uno cumple su rol con un alto grado de efectividad.
Los primeros minutos del partido de ayer fueron de estudio. Los dos intentaron probar distintas variantes para sorprender pero las defensas actuaron bien y neutralizaron los ataques. Usaron mucho el pie y la presión fue mutua.
Recién después de pasado el cuarto de hora se quebró el cero del marcador, y fue Duendes quien abrió la cuenta con el try de Maxi Nannini. Lejos de asimilar el golpe, los de Tortuguitas siguieron con su libreto y en cada pelota que dispusieron intentaron imponer los ritmos.
Poco a poco fueron acorralando al verdinegro contra su ingoal y en su afán de marcar se desnivelaron en defensa. La contra fue letal. El Pitu Miralles resultó imparable y su carrera de más de media cancha terminó en el ingoal.
Con dominio territorial, bien parado defensivamente y agresivo en los metros finales, Duendes era más. Sin embargo, Alumni cuando pudo demostró que no vino de paseo. A la media hora Vernet Basualdo apoyó y descontó.
No obstante fue el dueño de casa el que cerró el parcial, y lo hizo a través de Camilo Boffelli, en un soberbio try mezcla de ductilidad y coraje.
En el complemento las cosas fueron muy distintas. La lógica reacción de Alumni no se hizo esperar. Los albirrojos tuvieron más la pelota e impusieron un ritmo intenso al juego. La pelota de los rucks salía con más velocidad y ese juego complicó al verdinegro que se las arregló bastante bien para jugar sin pelota.
No obstante cuando logró tener la ovalada en su poder, pudo poner paños fríos al partido. Quizás jugó menos de lo que podía hacerlo y entregó la pelota (kicks mediantes) a su rival cuando no debía, pero equilibró la balanza remendando esos errores poniendo una gran cuota de corazón cuando las piernas ya empezaban a decir basta. Y por más que Alumni lo intentó no pudo y no porque no quisiera sino porque cada uno de los jugadores de Duendes ofrendó hasta su última gota de energía para que así no ocurra. Finalmente los verdinegros tuvieron su premio y la final dejó de ser una meta para convertirse en una realidad palpable. Y con justicia. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Boffelli encara en una jugada terminada en try. | | |