| domingo, 16 de noviembre de 2003 | Editorial Obra clave para Rosario Los indicios se suman, uno a uno. Las señales -al principio tímidas hasta el infinito- aumentan en cantidad y también en calidad. Después de un período aciago al que muchos especialistas no dudan en calificar como el peor que vivió a lo largo de su historia la Argentina parece haber reencontrado el rumbo. Aunque todavía falte mucho, el comienzo de la recuperación justifica reforzar el estado de ánimo y blindar el optimismo, arma fundamental en la lucha por el futuro. Rosario fue una de las principales víctimas del estallido de la crisis y ahora también, al compás del país, comienza a respirar un poco más aliviada. El pasado jueves La Capital confirmó una noticia que alegró a todos: el reinicio de las obras del complejo Scalabrini Ortiz, una obra de significativa importancia que dará trabajo a aproximadamente ocho mil personas.
Tal como oportunamente lo recordó el intendente Hermes Binner al término del encuentro con los representantes de la compañía inversora, se trata del resurgimiento de un proyecto surgido de una licitación internacional que permitirá establecer una vinculación entre el norte y el centro de la ciudad, además de constituir un atractivo polo de desarrollo.
El gigantesco predio donde se edificarán las instalaciones tiene 213 mil metros cuadrados y está ubicado en la zona centro-norte rosarina, sobre avenida Francia y a metros del túnel Celedonio Escalada, y en la actualidad es una zona desierta que divide abruptamente el paisaje de la ciudad. De allí la importancia urbanística de las obras que habían comenzado en junio de 1999 pero se apagaron, para decepción de los ilusionados vecinos, como consecuencia de la recesión imperante.
El término de los trabajos, cuya primera etapa consistirá en la construcción de un shopping con una inversión cercana a los cincuenta millones de pesos, está previsto para junio del 2004. El único detalle que preocupa es la provisión de energía eléctrica, ya que actualmente la EPE carece de la capacidad de potencia necesaria en la zona.
Pero más allá de este impedimento técnico que nadie duda tendrá rápida solución por parte de la empresa el porvenir se presenta auspicioso: esta vez no existen nubarrones que oscurezcan el cielo y las obras, como punto de partida de los beneficios que prometen, darán trabajo a miles de obreros. Ojalá sea un anticipo y un presagio de lo que sucederá en el futuro. enviar nota por e-mail | | |