| domingo, 16 de noviembre de 2003 | Mujeres directoras de cine Aunque por motivos diversos no esté muy difundido, la mujer desde los inicios mismos del cine ha tenido una participación protagónica no sólo como objeto de fantasías y deseos del sector masculino en su rol de actriz, sino también detrás de cámara, dirigiendo, realizando, decidiendo, pero esta última no puede considerarse destacada en número, aunque sí en talento creativo.
Por motivos de tradición cultural, la mujer, aún en Occidente, ha ocupado un lugar de menor repercusión como sujeto productor de sentido. Una recorrida por la crónica de la historia de la evolución del pensamiento nos muestra que literatura y filosofía toleran sólo como una excepcional concesión la aparición esporádica de alguna que otra mujer, que a fuerza de calidad artística, profundidad y empuje personal logró acceder a una popularidad aceptable únicamente en el género masculino, enclavado siempre en una perspectiva patriarcal.
La crítica cinematográfica especializada conoce esta construcción cultural, discriminatoria en su origen, que como reacción ha dado impulso a una inevitable e imprescindible visión feminista de este fenómeno, demandando un reconocimiento que en justicia le corresponde.
Una recorrida por las más destacadas directoras cinematográficas de la historia nos lleva a mencionar a las siguientes:
*Maya Deren: norteamericana que entre las décadas del •40 y •50 fuera conocida no sólo como directora de películas de bajo presupuesto, sino como una teórica capaz de debatir teorías fílmicas en pie de igualdad con cualquier hombre.
* Liliana Cavani: italiana especializada en producciones polémicas y extremos por sus obras y tratamientos temáticos, siempre apuntando a cuestiones ríspidas como la perversión en tiempos totalitarios "Portero de noche", y con personajes históricos como Galileo Galilei, "Galileo", Nietszche, "Más allá del bien y del mal", y San Francisco de Asís, "Francesco".
* Jane Campion: neocelandesa de temprano prestigio y ya consagrada comercialmente con el Oscar hollywoodense con "La lección de piano", en la que no duda en describir un entrecruzamiento cultural en el que una europea buscará superar la opresión de una tradición machista.
* Mira Nair: joven y afamada directora india, autora de producciones tales como "Salaam Bombay", "Kamasutra" y la más reciente "La boda", obras en la que describe, a menudo con crudeza, la prostitución infantil, el amor interracial, el desafío a la tradición y el choque generacional entre los jóvenes y sus mayores.
* Jodie Foster (foto): extraño caso de actriz reconocida y exitosa, ganadora a temprana edad de dos Oscar como protagonista, que ha incursionado con singular aceptación en el restringido rubro de la dirección, con apenas tres realizaciones del nivel de la recordada "Mentes que brillan".
* Anjelica Houston: en deuda con un público que espera más que su única película hasta ahora, "Agnes Brown", justamente para contradecir el comentario de que su incursión en tal responsabilidad estuvo facilitado por un apellido de marca registrada en el séptimo arte.
Mención aparte tiene la alemana Lenni Riefensthal, contemporánea de Hitler, verdadera pionera en cuanto a técnicas, enfoques e innovadores planos, estigmatizada hasta el final de su prolongada vida por haber participado de lo que fue la propaganda del despreciable nazismo, con monumentales exaltaciones del modelo imperialista alemán de aquellos años de horror, muerte, persecuciones y discriminaciones varias.
Sin embargo, Martín Heidegger, autor del mismo pecado (y algunos otros más) en el mismo período que la Riefensthal, y desde un lugar clave como el pensamiento filosófico, no sólo que su adhesión fue ocultada durante mucho tiempo, sino que cuando la misma ya era de conocimiento general fue perdonado y reivindicado, y hasta justificado con la discutible explicación de una especie de obediencia debida académica, consecuencia de su papel de rector universitario. Tal vez debido a los privilegios de pertenecer al género de predominio.
Ya lo decía el filósofo John Lennon, pensador feminista si los hubo: "La mujer es el negro del mundo", sintetizando incomparablemente la historia de la humanidad. Ya es tiempo de aceptar las evidencias: las mujeres, culturalmente, muchas veces nos superan. Y cómo.
Ernesto Edwards
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