Los cuatro gobiernos unificaron estrategias para discutir con EEUU

Argentina, México, Brasil y Chile cierran filas para negociar el Alca

Acordaron que no sirve un arreglo que no dé soluciones a países pobres y apuntale el "desarrollo sustentable"

El presidente Néstor Kirchner y sus pares de Chile, Brasil y México acordaron ayer en Bolivia unificar una postura común frente a las negociaciones económicas internacionales, fundamentalmente en el ámbito del Alca, en tanto que ratificaron como condición básica para avanzar en la conformación del mercado continental la obtención de beneficios concretos que apuntalen al "desarrollo sustentable" de los países más pobres de la región.

Además, Kirchner y sus pares Ricardo Lagos, Luiz Inacio Lula Da Silva y Vicente Fox compartieron su "preocupación" por el caso boliviano y el debilitamiento de su democracia como resultado de la caída del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada tras la revuelta popular de octubre pasado, y consensuaron trabajar fuertemente en el establecimiento de mecanismos regionales que permitan generar herramientas efectivas para ayudar al fortalecimiento institucional de los países del continente.

Si bien Kirchner llegó a la XIII Cumbre Iberoamericana, que se realizó durante el viernes y el sábado en Santa Cruz de la Sierra, con pocas expectativas y cierto desgano -de hecho fue el último en llegar de los 20 jefes de gobierno que asistieron al encuentro y el primero en irse- el presidente se manifestó "muy conforme" con las reuniones bilaterales que mantuvo con algunos de sus colegas latinoamericanos y con el líder de la oposición boliviana, el cocalero Evo Morales, donde también estuvo el venezolano Hugo Chávez.

La cumbre en sí misma le dejó sabor "a poco" al presidente, quien abandonó Santa Cruz de la Sierra antes de la clausura del encuentro y de la firma de la declaración oficial de los mandatarios, que tuvo como eje la "inclusión social" como motor del desarrollo de los países de la región.

Fiel a su estilo, Kirchner se mantuvo al margen de todo protocolo e incluso se permitió faltar a la foto oficial de los mandatarios asistentes a la cumbre. A esa hora, poco después del mediodía, el mandatario argentino ya había emprendido el regreso a Buenos Aires a bordo del Tango 01 junto a la reducida comitiva que lo acompañó: el canciller Rafael Bielsa y el jefe de gabinete, Alberto Fernández.

El presidente argentino también "dio la nota" cuando llegó con 25 minutos de retraso al desayuno con sus pares de Chile, Brasil y México, y no ocultó su fastidio frente a las extensas reuniones plenarias de la cumbre, donde sólo participó por espacio de media hora en la primera sesión de trabajo de los jefes de Estado.

Tampoco se reunió con el jefe de gobierno español, José María Aznar, con quien se especuló que podía entrevistarse para hablar sobre el reclamo de las empresas ibéricas con intereses en la Argentina para que se ajusten las tarifas de los servicios públicos.

Kirchner sí se reunió con su par de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, con quien acordó que el lunes próximo los cancilleres de ambos países se encuentren para avanzar en la culminación de las obras de Yacyretá con el aporte de capitales privados.

El plato fuerte de la cumbre para el presidente argentino fue, sin duda, el desayuno de trabajo que mantuvo en su primera actividad del sábado con Lula, Lagos y Fox.

El cónclave de los presidentes de los cuatro países más importantes de la región, permite vislumbrar la conformación de un "bloque férreo en lo conceptual y articulado en lo puntual", según la definición de una fuente oficial.

Durante 45 minutos, los cuatro mandatarios repartieron las conversaciones entre dos temas centrales para la región: por un lado buscaron fijar posturas comunes frente a las negociaciones económicas internacionales, es decir, Alca, Organización Mundial del Comercio (OMC) y la birregional con la Unión Europea; y por el otro, avanzaron en la elaboración de propuestas desde el Mercosur para generar herramientas que permitan el fortalecimiento institucional de las democracias más golpeadas de la región, como la boliviana.

Argentina elevó una propuesta para ayudar a Bolivia que pasaría por abrir una salida al mar a ese país, a través de una vía férrea, de una autopista y un viaducto bioceánico, que sería controlado por "el Mercosur más dos, con Chile y Perú". Sin embargo, Alejandro Toledo, el mandatario peruano rechazó la iniciativa por lo que se acordó buscar alternativas para ayudar al gobierno de Mesa a superar la crisis política, económica y social que atraviesa Bolivia.

Con este desayuno de Kirchner, Lula, Lagos y Fox como telón de fondo, el canciller argentino, Rafael Bielsa se manifestó "optimista" sobre los resultados que arrojará la reunión de Miami de la semana próxima para avanzar en la conformación del Alca, de la que participarán los cancilleres y ministros de economía del continente.

"El fracaso de Cancún sirvió para que esta vez no nos pase lo mismo. Si nos va mal será por nuestra propia mediocridad", dijo una fuente oficial que sigue muy de cerca la marcha de esas negociaciones.

El presidente Fox también ratificó los buenos resultados del desayuno que mantuvo con sus colegas regionales, y sostuvo que la conformación del Alca "está avanzando" pese a las numerosas dificultades que implica esa negociación, en tanto que remarcó que la prioridad de los cuatro países es que ese mercado "sirva para el desarrollo sustentable de los países más pobres del continente".

"El Alca tiene que tener flexibilidad", sostuvo e insistió en que "un Alca que no beneficie a los países más pobres no tiene sentido".

Los presidentes de Argentina, Brasil y Chile.