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 domingo, 16 de noviembre de 2003

Lecturas
"Seda cruda": Desde el corazón de las tinieblas

Pablo Oster

Ha llegado un libro a las librerías. No se trata de una novela ni de un ensayo, sino de un viaje hacia el interior de la conciencia humana. Una mujer mira el ayer y lo explora con la escritura tratando de desanudar con cada palabra la tensa trama en la que su vida estuvo inmersa. Escribir sobre el dolor, escribir sobre las heridas del alma puede ser entendido como un ejercicio balsámico para quien emprende esa tarea, pero para el lector casual puede significar un descubrimiento o una confirmación: el alma humana en cautiverio, el alma humana sujeta a condiciones de adversidad puede dar, en el corazón de las tinieblas, testimonio de luminosidad.

A más de veinte años de haber sido liberada de las prisiones en que la dictadura la tuvo cautiva, y a tantos otros de haber vuelto de un exilio al que como tantos otros argentinos fue condenada (porque el exilio es una dura carga de sobrellevar) Marta Ronga ha decidido traducir en palabras la experiencia de aquellos tiempos, "mirando para adentro" como explica en las primeras páginas del libro, en un arduo e intenso trabajo de búsqueda interior en el que la memoria oficia como herramienta reconstructora.

"Seda cruda" así es una crónica, un relato pausado y delicado de la historia de una mujer que se empeña en construir en la más dura de las adversidades, tratando, con los únicos instrumentos que la imaginación le brinda, de que el sentido de la vida no se desmorone a pesar de los golpes reales y simbólicos que recibe.

El libro reúne cartas cruzadas entre la prisión y su casa paterna, relatos minúsculos de los días en cautiverio, sueños y proyectos madurados a la sombra de las rejas, a través de los cuales el lector alcanza a reconstruir no sólo aquellos días de la protagonista central de la historia sino que además aprende, a través de su lectura, que el alma humana es siempre más fuerte, siempre más poderosa que cualquier intento de mancillarla.

"Seda cruda" elude los golpes bajos, no se detiene nunca en el relato de lo oscuro o de aquello innombrable que acontece paredes adentro de la prisión, elige en cambio rodear ese dolor y hablar de él con la ética y la dignidad que merece su tratamiento, no abruma al lector, sino que en cambio le hace conocer las posibilidades infinitas que el espíritu humano puede desplegar en su batalla contra el mal y la adversidad.

El libro de Marta Ronga es uno de los primeros de ex militantes de nuestra ciudad que sale a la luz, algo que debe ser celebrado, porque su edición permite comenzar a reconstruir la trama de un tiempo que no merece ser arrojado al desván de los olvidos. La voz de aquellos a los que les fue negada la posibilidad de decir encuentra de a poco su lugar en el mundo. Y ese mundo debe comenzar a poder escuchar lo que esas voces quieren, con sinceridad, comenzar a decirle.

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