| sábado, 15 de noviembre de 2003 | Ahora, Córdoba perdió con Estudiantes Mariano Bereznicki / La Capital Sigue naufragando en la intermitencia en medio de un mar lleno de dudas. Cuesta creer que no logra levantar cabeza, a pesar de que el capitán del barco es nuevo. Parece ser que le será muy duro enderezar el timón. Mientras tanto, la brújula sigue sin poder guiar correctamente a los alicaídos muchachos de Central Córdoba, que anoche volvieron a codearse con la derrota. Esta vez fue por 2 a 1, ante un limitado pero oportunista Estudiantes. Tablada continúa a la deriva.
Otra vez dejó una pálida imagen de local. Y lo que es más grave aún, ahora evidencia ciertos y notorios signos de cansancio. Para los jugadores de Central Córdoba, salir a jugar el segundo tiempo fue un karma porque no podían siquiera levantar las piernas del verde césped.
Lo mejor que le puede pasar al plantel charrúa es que termine cuanto antes el torneo. Porque encima que últimamente viene cosechando cada vez más expulsados, ahora parece ser que se resbala hasta en lo seco.
Es que les cuesta horrores terminar de pie los noventa minutos. Es un equipo que a medida que asoma el verano, se va quedando sin resto físico. Y anoche quedó evidenciado que si no hace algo pronto, los demás se los devorarán corriendo nomás.
Central Córdoba jugó dos tiempos totalmente opuestos. En la primera mitad controló la pelota y las principales acciones del juego. A tal punto que se fue a los vestuarios en ventaja, merced a un golazo de Gabriel Cela Ruggieri.
Pero en el complemento fue un conjunto carente de ideas. Las ganas estaban pero las piernas y la mente no lo acompañaban. Estaba claro que Estudiantes, que especuló en gran medida del partido, en cualquier momento aprovecharía esas falencias.
Y lo hizo a los cinco minutos del segundo tiempo, cuando logró igualar vía Mario Aguilar, con gran ayuda del arquero De Lemos. Fue entonces que los de Tablada fueron cediendo terrenos poco a poco. Además, comenzaron a estar erráticos. En fin, el descontrol estaba ahí nomás.
Y Estudiantes, casi sin proponérselo, estiró las cifras por intermedio del ex jugador de Coronel Aguirre Ezequiel Lavezzi, quien aprovechó un rebote de De Lemos para llenarse la garganta de festejo.
Hasta el final, los charrúas intentaron llegar al empate pero no lo pudieron conseguir porque chocaron siempre con sus limitaciones. Otra vez sopa. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Pignatta intenta llevarse la pelota. | | |