Una experiencia musical que no se aferra a ningún tipo de género

Pequeña Orquesta Reincidentes toca hoy en El Sótano

El grupo presenta su sexto disco “Miguitas de pan”, en donde transitan del tango al rock pasando por el reggae

Con una larga trayectoria poco visible para el gran público, Pequeña Orquesta Reincidentes presenta su sexto disco: “Miguita de pan” hoy, a las 23, en El Sótano, Mitre 785. Un trabajo que emerge con la fuerza y maduración acumuladas en más de una década de elaboración grupal. De la euforia a cierta melancolía, del tango al reggae y al rock, son todas variaciones que caben en una gramática musical criolla y única. Reincidentes se plantea reconstruir los restos y fragmentos que dejó dispersos la posmodernidad. Y armar, con paciente búsqueda, uniones “chiquitas pero significativas” dijeron Guillermo Pesoa y Juan Pablo Fernández a Escenario, bajo la parra de un viejo patio de una casona en el barrio de la Paternal.

  No le queda cómodo a Reincidentes el calificativo de “banda de culto”, más bien se sienten un grupo que transita con las marcas de la época. “Tratamos de hacer un aporte a la descaretización que está avanzando en la Argentina. Después de la crisis del 19 y 20 de diciembre de 2001 vamos mejor, emerge un arte sin maquillaje, sin artilugios. Algunos lo llaman arte pobre. Si bien lo pobre no garantiza nada, es claro que después del despilfarro de los 90 tenía que asomar otra cosa”, dijo Fernández, una de las voces del quinteto.

  En cuanto a “Miguita de Pan”, los Reincidentes lo definen así: “Este disco profundiza el estilo de nuestro grupo. Cuando es luminoso, es más luminoso que antes y cuando es oscuro es más oscuro, y cuando es más bailadito es más bailadito”.

  La orquesta tiene cinco cabezas, todos componen, todos escriben letras. “Cuando alguien trae algo a la banda, lo trae sabiendo que será retrabajado, que su propuesta es un punto de partida”, señaló el rosarino e hincha de Central, Guillermo Pesoa.

  Juan Pablo agregó: “Nos cuesta mucho tener que explicar qué tipo de música hacemos. Cuando estamos por caer en determinado género, nos salimos y vamos por la contraria”. Entre mate y mate, los Reincidentes reniegan del lugar de “músicos intelectuales”. Y aclararon para Escenario: “No hacemos esta música porque seamos intelectuales o eruditos de la música. Para nosotros es un juego donde simplemente le faltamos el respeto a lo establecido. Incluso varios de nosotros no conocemos en profundidad los géneros con los que nos metemos”.

  Para los Reincidentes la música es ejercicio de libertad o una “cierta mirada de las cosas. Cada canción implica un recorrido donde se van conectando datos, elementos sueltos, para unirse en algo distinto”, agregó Juan Pablo. “No somos como Páez o Sabina, que andan con un cámara prendida todo el tiempo como cronistas de la realidad. Sin embargo hay cositas que tomamos, tal vez no tan visibles, pero son signos claros de una época”, señaló Pesoa, sobrino de otro rosarino ampliamente conocido, Quique Pesoa.

  El grupo definió el horizonte de su trabajo y la relación con la época cultural, y las improntas filosóficas del fin de siglo. “Reincidentes trabaja para reconstruir las rupturas musicales, los lenguajes. La dispersión ya está, ya fue hecha, ahora tratamos de juntar lo restos y fragmentos de lo que quedó, musicalmente hablando”, dijo Pesoa.

  “Nosotros vivimos la producción como una tarea necesaria. Lo nuestro es como recrear el sonidito que queda después de la destrucción, o barrer después de la fiesta. Nos dedicamos a armar pequeñas nuevas uniones, chiquitas pero significativas", concluyó.

El grupo transita diversos estilos con solvencia.