Pérdidas en la cosecha fina

Villada.- "No habrá tiempo para reparar nada, los silos quedaron en pie por el peso de los cereales; para la próxima cosecha habrá que usar algún mecanismo con chimango para acopiar los granos", relató el presidente comunal Angel Pizzichini. "Le dije a la gente que se estaba armando una tormenta fea, que cada uno se fuera a su casa porque hacía mucho tiempo que no llovía bien y el calor era muy fuerte", evocó.

En esta localidad, el temporal atravesó el centro del pueblo en forma paralela a la ruta nacional 33. Arrasó y enroscó las norias de las tres plantas cerealeras, voló el galpón del predio del ferrocarril, donde los productores de este distrito y de su zona guardan sus cereales. A pocas semanas de empezar con la cosecha fina los destrozos registrados significan una pérdida importante para esta parte de la provincia.

En el campo los techos de varios galpones se derrumbaron sobre las herramientas que había en su interior. Aunque en una primera evaluación el trigo parece haber resistido el embate, las flamantes plantas de soja no corrieron igual suerte. Las líneas de edificación rural también fueron arrasadas.

También resultaron destrozados dos galpones de la comuna y el techo de la Casa de la Cultura. La cancha de fútbol del club local perdió todas sus torres de iluminación y el 30 por ciento de sus tapiales.

"Ni se sabe adónde están esos techos", comentó Pizzichini y dijo que se corrieron riesgos inmensos y que en los momentos más duros era cuestión de vida o muerte sostener las puertas y las ventanas que la fuerza del viento llevaba al límite de la resistencia. Una muestra de las ráfagas lo da el mástil de la plaza que a pesar de su poco grosor, quedó retorcido desde la base.