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 viernes, 14 de noviembre de 2003

Emboscada y ataque contra un adolescente en villa La Lata
Un tiro a la cabeza por la bicicleta
Un chico de 16 años resistió un robo y pudo contarlo en el hospital, con un raspón en el cuero cabelludo

Lo de Nicolás Espinoza, de 16 años, es muy afortunado. Recibió un balazo en la cabeza al resistirse al robo de su bicicleta en villa La Lata y está en su cama de hospital, hablando de su experiencia. Con la cabeza vendada, ayer a la tarde estaba lúcido como para rearmar el episodio, lo que hizo mediante monosílabos y con alguna dificultad, producto más de su situación emotiva que de una secuela clínica del ataque.

Nicolás fue operado en el Hospital de Emergencias, donde los médicos lo operaron para extraerle el proyectil. El muchacho se gana la vida ayudando al padre en un pequeño taller mecánico. Cerca de las 22 del miércoles Nicolás, salió de su casa de Garay al 1600, ubicada también en la villa La Lata. Un rato después, con dos amigos, comieron unos sandwiches en un salón de ventas cercano y después decidieron ir a chatear a un ciber de España y Amenábar. Entonces se subieron a sus bicicletas y comenzaron a recorrer las pocas cuadras que lo separaban del comercio de internautas.

Cuando los pibes llegaron al cruce de Rueda e Italia se toparon con otros tres ciclistas. Eran tres muchachos que venían en sentido opuesto y Nico no imaginó que los jóvenes planeaban robarle el rodado. "Se bajaron y me quisieron sacar la bici. Yo salí corriendo y me pegaron un tiro", explica con un tono de voz apenas audible, desde una cama del Heca.

Su abuelo, Juan Emilio Espinoza, ayer a la tarde estaba tan absorto como indignado por el suceso. Sentado en la vereda de la humilde vivienda de techo de cinc de Garay al 1600, exclamaba su bronca y con modales campechanos. "Le tiró a matar para robarle una bicicleta". Cerca de las diez y media de la noche del miércoles uno de los amigos de Nico llegó corriendo a la casa para avisarle que a su nieto lo habían baleado.

Nicolás relata que decidió resistir el atraco y corrió hacia un quiosco. Uno de los ladrones gatilló el arma que portaba, pero el proyectil no salió disparado. El segundo balazo sí alcanzó en la cabeza al muchacho, que se desplomó al suelo. Los asaltantes se subieron a las bicicletas y desaparecieron. No se llevaron el rodado.

Tras el balazo, lo último que el pibe recuerda es el llamado del comerciante al Sies para pedir una ambulancia. Un rato después, ya estaba en el centro asistencial. Su otro amigo se quedó junto a él para auxiliarlo.

Por suerte para Nico la bala recorrió el cuero cabelludo y rozó el hueso craneano. Entonces los médicos pudieron extraersela. El caso no fue denunciado. No se tomó ninguna declaración a Nicolás.

Los pesquisas de la 5ª pudieron reconstruir el hecho a través del testimonio de un vecino, que presenció el ataque "desde unos 35 metros". El vecino sostuvo que el muchacho baleado "estaba forcejeando" con dos de los maleantes "cuando se escuchó una detonación".

Luego el pibe "se quedó sentado un rato" y después "alguien lo llevó" al Heca. Además, anoche los policías de la seccional 5ª no tenían la certeza de que el episodio haya sido el desenlace de un intento de robo.

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Nicolás Espinoza volvió a nacer a los 16 años.

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