| viernes, 14 de noviembre de 2003 | La imagen del Tío Sam Andrés Oppenheimer El dato más interesante de una nueva encuesta de América latina es que la imagen negativa del presidente George W. Bush en la región está empezando a contaminar la opinión de los latinoamericanos sobre EEUU como nación, incluso en países clave como México.
Hasta ahora, los funcionarios en Washington le restaban importancia al rechazo casi generalizado de Bush en la región, señalando que era un efecto natural de la guerra de Irak y otras medidas de defensa antiterrorista, y que sin embargo la baja popularidad de Bush en la región no se extendía a EEUU como país.
Sin embargo, una nueva encuesta de Latinobarómetro, dada a conocer días después de que una encuesta de Zogby Internacional según la cual un 87 por ciento de los formadores de opinión en América Latina tienen una imagen negativa de Bush, indica que el rechazo casi generalizado al mandatario en la región está empezando a afectar la imagen del país. El porcentaje de latinoamericanos que tiene una imagen negativa de EEUU se duplicó de un 14 por ciento en el 2000 al 31 por ciento este año, según la encuesta de Latinobarómetro (www.latinobarometro.org), realizada entre 18,600 personas en 17 países.
Aunque una mayoría del 60 por ciento de los latinoamericanos tiene aún una imagen positiva de Estados Unidos, la cifra ha caído del 71 por ciento que tenía una imagen positiva en el año 2000, dice la encuesta.
Y cuando uno mira las cifras más en detalle, se encuentra con que en algunos países como México, la imagen negativa de Estados Unidos está creciendo más rápido que en el resto de la región. En México, el país que Bush describiera en septiembre del 2001 como "la relación bilateral más importante" de Estados Unidos en el mundo, una mayoría del 58 por ciento de la población tiene una imagen negativa de su vecino del norte, comparado con el 22 por ciento en el 2000. Hace apenas tres años, un 68 por ciento de los mexicanos tenía una buena imagen de Estados Unidos, según la encuesta.
El 62 por ciento de los argentinos, el 42 de los brasileños y el 37 de los chilenos tienen ahora una imagen negativa de Estados Unidos, mientras que en el 2000 los porcentajes eran del 28, 18 y 20 por ciento respectivamente. ¿Qué está pasando? ¿Por qué cada vez más latinoamericanos ya no sólo son anti-Bush, sino también anti-Estados Unidos?
Obviamente, la politica exterior de Bush -su doctrina de guerras preventivas y su oposición al Tratado de Kioto sobre el calentamiento global, entre otras cosas- está generando ansiedad y enojo en la región, como en muchas partes del mundo. Eso podría cambiar, o no, dependiendo del resultado de las elecciones del año próximo.
Pero lo más preocupante de este creciente sentimiento antinorteamericano es que, aunque probablemente disminuya a medida que entremos en el período electoral y los latinoamericanos escuchen más discursos de la oposición demócrata contra el gobierno de Bush, hay otros factores mas duraderos que pueden seguir dañando la imagen estadounidense a largo plazo. En primer lugar, el flujo de estudiantes extranjeros a Estados Unidos, que durante muchas décadas ayudó a Washington a ganar influencia entre las elites latinoamericanas, se ha estancado desde el 11 de septiembre del 2001, y podría comenzar a caer muy pronto.
Según el Informe Puertas Abiertas 2003 del Instituto de Educación Internacional de Estados Unidos, el número de estudiantes latinoamericanos en universidades de Estados Unidos se ha estancado en 68,000 este año, luego de varias décadas de crecimiento sostenido.
En segundo lugar, el número de viajeros por negocios o turismo a Estados Unidos esta cayendo, en parte porque los latinoamericanos, al igual que otros extranjeros, deben ahora pasar por entrevistas personales y otros trámites engorrosos en los consulados norteamericanos para recibir sus visas de entrada.
Según cifras del Departamento de Comercio, 12.3 millones de latinoamericanos visitaron EEUU en el 2002, una baja considerable de los 14.1 millones que llegaron en el 2000.
En tercer lugar, los severos chequeos de seguridad en los aeropuertos de EEUU no siempre son tomados como una inconveniencia necesaria por los turistas latinoamericanos, que en muchos casos se enfadan con la manera en que son tratados al entrar al país.
Según me cuenta el cónsul de Canadá en Miami, Tony Knill, hay un "aumento significativo" en el número de latinoamericanos y caribeños que hacen escala en Canadá cuando viajan a Europa o Asia.
En suma, la nueva encuesta de Latinobarómetro refleja algo más que un rechazo a Bush en América Latina. Es un dato que el gobierno y el Congreso norteamericanos deberían tomar en cuenta, y por el cual deberían empezar a preocuparse. enviar nota por e-mail | | |