Denunciaron al director del Museo Nacional de Bellas Artes

El director del Museo Nacional de Bellas Artes, Jorge Glusberg, fue denunciado por supuesta utilización de su cargo para beneficio propio, entre una serie de revelaciones sobre su accionar, tanto público como privado, realizadas por el programa televisivo Punto Doc.

En la emisión realizada el martes a la noche, un informe presentó distintos aspectos de la manera de obrar de Glusberg. Tras indicarse que se enriqueció durante la época del Proceso iluminando los estadios de fútbol del Mundial 78 a través de Modulor, su empresa de artefactos eléctricos, se mostraron comprobantes de que en los últimos años ha emitido numerosos cheques sin fondo. Esta denuncia se completó con entrevistas de proveedores, que detallaron las deudas que nunca pudieron cobrar, y también de una empleada que dijo haber trabajado más de 30 años en la empresa y que actualmente no puede obtener su jubilación.

En lo que respecta a su actividad como director del Museo más importante del país, el programa reunió testimonios de artistas, que presentaron distintos cuestionamientos. Duilio Pierri y Marcia Schvartz resaltaron que les pedía fuertes sumas de dinero para exponer, ya sea personal o a través de un sponsor, con la justificación que se debía realizar un catálogo que iba a escribir él. Pero las investigaciones presentadas mostraban que la publicación costaba mucho menos que lo solicitado.

Nicolás García Uriburu hizo hincapié en cambio en un hecho de censura que sufrió una de sus obras cuando hizo una gran retrospectiva en el museo. Conocido por su defensa de la ecología, el artista había completado una instalación con los nombres de empresas denunciadas por contaminar. Pero la noche antes de la inauguración, fueron misteriosamente sacados varios de esos nombres, supuestamente porque podían afectar los intereses de la empresa privada de Glusberg.


Otra faceta
Otra faceta del polémico director, la dio Pérez Celis al señalar que era capaz de pagarle una publicación a un artista para escribirle el catálogo, como le habría confesado Marta Minujín.

Por si esto fuera poco, también se mostraron una serie de denuncias de personal del museo por maltratos y fotocopias de documentos que ilustraban cómo aprovechaba el préstamo de obras del Bellas Artes a muestras del exterior para viajar con su esposa o su hijo. Respecto de esto último, se indicó que las pinturas deben ser acompañadas por un especialista -conservador de la entidad- cada vez que son pedidas por una institución extranjera, y que el director utilizaba en su beneficio estos pasajes y estadías.

Otros documentos sirvieron para mostrar cómo entidades extranjeros habían manifestado su queja tras realizar actividades en el Bellas Artes y que en cartas notificaron que no iban a volver a hacer muestras en la institución mientras estuviera Glusberg como director.

La investigación incluyó una nota al actual secretario de Cultura de la Nación, Torcuato Di Tella, quien aseguró que si se demostraban las graves irregularidades, no iba a hacer pesar su amistad para que conserve el puesto.

En vano, los periodistas intentaron que Glusberg dijera algo de las diversas denuncias que acumularon. El funcionario nunca los atendió y cuando lo esperaron en la puerta de su domicilio, tampoco respondió y, elusivo, se volvió a meter dentro de la casa.