| miércoles, 12 de noviembre de 2003 | Una acusación por estafa y una pesadilla en la subcomisaría de Ibarlucea Temerario tour con un grupo de tareas Un financista denunció que fue "secuestrado" de un bar céntrico por policías que lo retuvieron y golpearon Un agente financiero denunció a un revendedor de autos, con quien lo unía una relación de extrema confianza, por una estafa en la devolución de 22 mil dólares. La causa incluye un episodio temerario, ya que el financista aseguró a la Justicia que fue sacado a golpes de un bar de Oroño y Jujuy - donde había sido citado para la devolución del dinero- por tres policías de civil que le exhibieron credenciales del Ejército Argentino, lo golpearon y llevaron a una subcomisaría de Ibarlucea, donde quedó detenido acusado por amenazas contra su cliente.
El financista, William Hid Ahmed, de 41 años, se presentó ayer en Tribunales con su socio y dos testigos de la operación que avalan sus dichos, que se contraponen con la denuncia que realizó el vendedor de autos, Esteban Rubattino, de 46 años, quien no compareció al careo ordenado por el Juzgado de Instrucción de la 6ª Nominación.
La denuncia del vendedor de autos es sorprendente. Acusa por estafa a un ex militar de apellido Ceballos y a dos extranjeros, a quienes dijo haber entregado el dinero que recibió del financista para su falsificación, que no fue exitosa. En la misma acta acusa a Hid Ahmed de haberle sacado bajo amenazas una moto a modo de reintegro del dinero.
William Hid Ahmed tiene una oficina donde realiza operaciones financieras desde hace quince años en la galería del Paseo, en Córdoba al 900. Reconoce como uno de sus "más viejos clientes" a Rubattino, quien según dice el sábado 26 de septiembre le pidió 22 mil dólares con el compromiso de devolverlos el lunes siguiente. El vendedor de autos dijo que necesitaba hacer una operación sobre la cual el pregunta no preguntó detalles, por la presunta relación comercial de confianza que mantenían desde hacía más de una década.
La entrega se realizó en la oficina del financista, frente a su socio, Juan Britos, y dos empleados que fueron testigos. Según Hid Ahmed, todos quedaron extrañados al ver llegar a Rubattino con tres personas desconocidas, a quienes presentó como "de seguridad".
El lunes siguiente, Rubattino envió un paquete con su esposa. Al abrirlo, frente a los mismos testigos, Hid Ahmed encontró "papeles de colores cortados del tamaño de billetes". Cuando le pidieron explicaciones -declaró el prestamista-, el vendedor de autos alegó haber sido engañado y, nervioso, se comprometió a saldar la deuda.
Rubattino ofreció una camioneta 4x4, pero después de unos días entregó una moto Honda Pacific de mucho menos valor y posteriormente citó a Hid Ahmed en un bar de Oroño y Jujuy para la devolución del resto del dinero.
El financista declaró que al presentarse en el bar llegaron tres agentes vestidos de civil que exhibieron credenciales del Ejército Argentino y lo sacaron a empujones. Luego le dieron una golpiza y lo llevaron en un auto particular a la subcomisaría 17ª, de Ibarlucea, donde se enteró que su cliente lo acusaba por amenazas.
Rubattino justificó haber hecho la denuncia fuera de la jurisdicción correspondiente porque "casualmente" encontró a un policía amigo que se desempeña en esa seccional y que a su vez, también ignorando que no le correspondía actuar, decidió tomar el caso.
El vendedor de autos denunció al financista por amenazarlo para que le entregara la moto en forma de pago. Su declaración fue rubricada por el oficial Hugo Blanche, el sargento Luis Gastaminza y el cabo Ariel Rodríguez, de la subcomisaría 17ª, los mismos que se llevaron a Hid Ahmed del bar, en un procedimiento irregular, fuera de la jurisdicción y con credenciales del Ejército.
La historia que contó Rubattino en el juzgado tiene algunas diferencias, pero describe en detalle su participación en un frustrado intento de falsificación de billetes. Dijo que las personas que lo acompañaron a buscar el dinero -un ex militar llamado Ricardo o Pablo Ceballos y dos "negros" de aspecto extranjero de apellidos Jhons (sic) y Williams- le propusieron triplicar los dólares prestados, y que Hid Ahmed y Britos participaban de la operación, para la cual cada uno aportó "voluntariamente" 11 mil dólares.
La operación requería una cantidad de dinero para obtener dos copias por cada billete legítimo. Rubattino afirmó que el procedimiento para adulterar moneda consistía en una inverosímil técnica mediante la utilización de ácidos y leche de soja. En su declaración, explicita su propósito de falsificar los billetes, aunque esta confesión no originó ninguna investigación judicial a pesar de constituir un delito federal.
Las denuncias padecieron un derrotero burocrático, ya que hubo varios intentos por separar las causas, pero finalmente quedaron en Instrucción 6ª, a cargo de Raquel Cosgaya. La presentación de Hid Ahmed, patrocinada por el abogado Marcelo Scalona, pide que se investiguen las irregularidades en la participación policial. "Estaban de civil, con credenciales del Ejército y actuaron sin la participación de un juez. Es una autonomía que se asemeja al accionar de una banda paralela", señaló el abogado. enviar nota por e-mail | | Fotos | | |