| miércoles, 12 de noviembre de 2003 | Con el reelecto Koizumi, Japón busca dar por cerrado medio siglo de pacifismo El premier impulsa la reforma de la Constitución de 1947, que prohíbe al país el recurso de la guerra El reelecto premier japonés Junichiro Koizumi no solamente se distingue por su programa de reformas económicas privatizador. También es conocido por su fuerte impronta nacionalista, algo que lo llevó en 2001 a provocar un incidente con China y Corea del Sur por visitar un templo en el que se honran a los caídos en la II Guerra, incluidos los criminales de guerra condenados a muerte en el juicio de Tokio. Pero lo que más inquieta es que Koizumi pretende reformar la Constitución japonesa de 1947, escrita por los norteamericanos durante la ocupación, y que impone a Japón la renuncia explícita a la guerra.
u El 12 de agosto de 2001, a poco de iniciar su gestión, Koizumi hizo una visita al altar Yasukuni, que recuerda a los caídos en la II Guerra Mundial, incluidos criminales de guerra. Países que sufrieron la terrible ocupación japonesa, como Corea del Sur y China, expresaron entonces su malestar. Un grupo de manifestantes coreanos cumplió una protesta particularmente shockeante al mutilarse en público: se cortaron el extremo de sus dedos meñiques en un parque de Seúl. Pese a esta lluvia de críticas, el 50% de la población japonesa apoyó el gesto de su premier.
u Koizumi ha mostrado a la vez un neto acercamiento con EEUU desde el 11-S. En la reciente campaña electoral, el envío de tropas niponas a Irak fue uno de los leit motiv de los debates electorales. En julio de este año el Parlamento aprobó una ley que habilita el envío de tropas pero con el fin de ayudar a la reconstrucción de Irak y no para combatir. La labor de los efectivos japoneses será principalmente asistir a los miles de refugiados así como la reconstrucción.
De todas formas se trataría del mayor despliegue militar japonés desde 1945. Para los opositores, se trata de una violación a la Constitución, que sólo habilita la movilización de tropas para autodefensa.
u Formalmente, Japón no tiene ni siquiera un Ministerio de Defensa, sino una Agencia. La Carta de 1947 en su artículo 9º prohíbe taxativamente el recurso a la guerra como un expediente legítimo de política exterior. El artículo 9º es el único del capítulo II de la Carta, que se llama Renuncia a la guerra. Allí se afirma que "el pueblo japonés aspira a la paz internacional basada en la justicia y el orden y que por tanto renuncia para siempre a la guerra como derecho soberano de la nación y a la amenaza al uso de la fuerza como medios para dirimir disputas internacionales".
La amenaza norcoreana Pero el paso de más de 56 años y la creciente amenaza nuclear de Corea del Norte han cambiado la situación, en la lectura del gobierno Koizumi y de muchos analistas.
u En diciembre de 2001, Japón atacó "en defensa propia" a un barco no identificado. El premier declaró entonces que la nave era al parecer norcoreana y que los guardacostas de Tokio actuaron defensivamente. Hubo un intercambio de fuego y el barco incursor ardió y se hundió. Fue la primera vez en casi medio siglo en que la marina japonesa atacó directamente a un barco extranjero en aguas territoriales. Sin llegar a este nivel de confrontación, en 2000 Japón tuvo roces con China por la visita indeseada de barcos espías chinos.
u En este marco, Koizumi planteó en la campaña recientemente terminada que su partido prepara un proyecto -a presentar en 2005- para reformar la Constitución de 1947. Con el citado artículo 9º, que tiene status de capítulo en la Carta, Japón renuncia al derecho a hacer la guerra y a poseer armas ofensivas. El mayor partido opositor, el PJD, de excelente performance el domingo, aceptó la necesidad de debatir la Constitución y el status militar del país, que posee "fuerzas de autodefensa", aunque ya está cuarto en el ránking mundial por gasto militar. En el año fiscal 2002, el presupuesto militar japonés llegó a la impresionante cifra de 4,5 billones de yenes, algo más de 40.000 millones de dólares. Más que suficiente para unas fuerzas de "autodefensa".
u Pero es Corea del Norte el principal motor del impulso a hacer de Japón un país "normal" desde el punto de vista militar. Japón sufrió un shock colectivo en 1998, cuando el temido régimen comunista norcoreano probó, sin previo aviso, un misil que atravesó el territorio japonés para caer en el Pacífico. Esa fecha supuso un parteaguas en la actitud de la sociedad nipona sobre los temas de Defensa. El temor volvió a repetirse cuando el dictador norcoreano Kim Il Jong admitió que agentes norcoreanos habían secuestrado a docenas de japoneses en los años 70 para robarles su identidad. Todo esto llevó a Japón a lanzar sus primeros satélites militares (o sea, espías) y a apoyar la iniciativa del escudo antimisiles de Bush. Más recientemente, con la profundización de la crisis nuclear norcoreana, el gobierno de Koizumi alertó a Pyongyang que se reservaba el derecho a un ataque preventivo si sus satélites o aviones detectaban preparativos de lanzamiento de un misil que pudiera llegar a territorio nipón.
En busca de consenso Para los críticos de Koizumi, este "usa a Norcorea y China para reforzar el sentimiento" colectivo que reclama mayor seguridad y capacidad de defensa ante las amenazas que llegan desde esos países.
El ahora fortalecido partido opositor PDJ incluyó prudentemente en su plataforma el pedido de "mejoras en las capacidades defensivas". También invoca la necesidad de un "consenso nacional" sobre la reforma constitucional. La impresión de que el país es vulnerable y depende para su defensa de EEUU empuja a favor del debate constitucional. El tabú del artículo 9º ha comenzado a ceder. Y Koizumi está listo a recoger los frutos políticos de este cambio de actitud de la sociedad japonesa. enviar nota por e-mail | | Fotos | | |