| sábado, 08 de noviembre de 2003 | Noticias del clima La zona de sequía se amplía al sur de Santa Fe Es claro que el arranque de la actual campaña gruesa está marcado por dos indicadores muy contundentes: el precio de la soja y el errático comportamiento de las lluvias en vastos sectores de la región pampeana.
Sobre el primer punto y, sin ser nuestra especialidad, se sabe que la alicaída producción de USA y la sostenida demanda del sudeste asiático surgen como una especie de garantía de precios en los actuales niveles o incluso en niveles más altos.
El alto grado de competitividad del sector exportador de esta oleaginosa frente a nuestro socio del Mercosur potencia un escenario con excelentes perspectivas de rentabilidad. Dentro de la gran complejidad que tiene el estudio de mercado, este somero análisis alcanza para justificar las perspectivas de aumento en el área real a sembrar, la cual podría alcanzar 14 millones de hectáreas.
Ahora bien, bajo este análisis subyace el comportamiento climático, en particular el de la oferta de lluvias durante el mes de noviembre. Ya es un hecho el golpe que ha causado sobre los rendimientos de trigo previstos la escasez de precipitaciones durante el último bimestre, fundamentalmente en el sur de Córdoba.
Del mismo modo este problema ha impactado sobre el progreso en la siembra de maíz en la zona núcleo, donde ya se avizora el paso a soja de gran parte de la superficie donde no se pudo completar la implantación.
Las precipitaciones que se dieron del jueves para el viernes (lluvias del 30/10) dejaron como saldo milimetrajes importantes sólo en puntos aislados dentro de la región pampeana, por lo tanto no sirvieron para modificar la situación general en los sectores en condiciones de sequía o reservas escasas.
Incluso las áreas que contaban con mejores condiciones de humedad comienzan actualmente a sufrir el efecto del aumento de la radiación, normal para la época, y consecuentemente de la evapotranspiración.
La actual configuración de reservas pone en evidencia el avance de la zona de sequía desde el sur de Córdoba hacia el sur de Santa Fe, el norte de La Pampa y sectores del noroeste bonaerense.
En el resto de la región pampeana las reservas tienen un buen nivel por debajo de la cuenca del Salado bonaerense, pero disminuyen hacia La Pampa. Fuera de las zonas descriptas, los almacenajes se reparten entre regulares y escasos. De algún modo este panorama pone un freno al entusiasmo originado en los precios.
De los dos puntos analizados, puede entenderse que las tendencias a mediano plazo del campo de precipitación acapara toda la atención de los productores. Para echar un poco de luz sobre este tema, presentamos el mapa de lluvias normales del mes de noviembre, tratando de analizar sus posibles apartamientos.
En la mayor parte de la provincia de Buenos Aires, La Pampa y los sectores productivos del NOA, las lluvias deberían ubicarse entre 80 y 110 mm, mientras que al norte de Buenos Aires, sobre sectores de Córdoba y hacia el este predominan los registros superiores a los 110 mm.
Los indicadores que se utilizan como elementos predictores del campo de precipitación permiten pensar en la persistencia de precipitaciones pobres durante la primera quincena de noviembre, principalmente sobre las zonas de sequía.
Se puede marcar como un hecho alentador las últimas precipitaciones que se dieron sobre el norte del país, incluso el norte de Córdoba. Las lluvias en este sector son importantes, atendiendo que el flujo de humedad que prevalece sobre la región pampeana es predominantemente del sector norte. En este sentido, se observan activos los mecanismos que producen lluvias sobre el NOA, que lentamente irían inyectando humedad sobre el centro del país.
En general se espera que al finalizar el mes la distribución de precipitaciones se adecue al mapa de lluvias normales en forma irregular, con mejores perspectivas sobre Entre Ríos, Buenos Aires y centro norte de Santa Fe.
Durante la segunda quincena los sectores deficitarios del oeste de la región pampeana tendrían mejores chances de revertir su situación, aunque finalizarían el mes con lluvias por debajo de lo normal, salvo sectores aislados. Es muy importante considerar que la distribución de las precipitaciones entrando a la etapa estival suele arrojar registros dispares, aún entre localidades poco distanciadas entre sí.
Consultora de Climatología
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