Brasil renovará su acuerdo con el FMI: invitó a Anne Krueger para la firma

La número dos del Fondo llegará hoy para renegociar el programa, que será por un monto mucho menor al vigente

Brasilia. - Brasil anunció que buscará un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para reemplazar al programa que vence a fin de año, y que hoy llegará al país la subdirectora gerente del organismo, Anne Krueger, para negociar los nuevos términos del plan. Krueger fue invitada especialmente por el gobierno brasileño.

"Nuestra evaluación conjunta con el FMI fue que sí, hay interés en términos de una continuación, o un nuevo programa con el Fondo", dijo el secretario del Tesoro del Ministerio de Hacienda brasileño, Joaquim Levy."Esto ayudará al crecimiento de Brasil", agregó.

El anuncio fue hecho tras una reunión de Levy con el jefe de la misión del FMI en Brasil, Jorge Márquez-Ruarte, que se encuentra en el país para efectuar la quinta y última revisión al acuerdo por 30.000 millones de dólares que vence en diciembre. Este acuerdo fue firmado por la anterior administración, y obliga a Brasil a un superávit fiscal primario (o sea, antes del pago de la deuda) de 4,25% del PBI.

Levy destacó que Krueger llegará hoy a Brasil por invitación del ministro de Hacienda, Antonio Palocci, "para discutir, para completar más la visión de lo que podría ser un programa del Fondo".

Al ser consultado por la suma del nuevo acuerdo, Joaquin Levy dijo que "estamos diseñando lo que responde mejor a las perspectivas de la balanza de pagos, de los compromisos internacionales del país".

Al ser consultado por la suma del nuevo acuerdo, Joaquin Levy dijo que "estamos diseñando lo que responde mejor a las perspectivas de la balanza de pagos, de los compromisos internacionales del país".


Recálculo del superávit primario
Pero según versiones extraoficiales citadas por el diario O Folha do Sao Paulo, el monto rondaría los 15.000 millones de dólares. Parte de ese monto no sería nuevo, sino que el gobierno trasladaría al menos 8.000 millones del acuerdo vigente, firmado en agosto de 2002 y que vence en diciembre próximo. Palocci ya había dicho que el monto será muy inferior al del programa vigente.

Un punto clave que destaca la prensa brasileña para la firma del nuevo acuerdo es retirar del cálculo del superávit primario las inversiones que hacen las empresas del Estado, como Electrobrás. Actualmente, sólo Petrobrás está excluida de este cálculo, que debe dar 4,25% del PBI. En Brasil se comparó con enojo este nivel de superávit primario con el de sólo 3% que impuso Argentina en su reciente acuerdo con el Fondo.

Los bonos soberanos de Brasil subieron al conocerse que el país buscará un nuevo programa con el organismo. También el riesgo país bajó al nivel de 1998, sólo 575 puntos, según anunció el banco JP Morgan.

Los analistas económicos brasileños también recibieron la noticia con agrado. "En la óptica del inversor extranjero, mantener un acuerdo con el Fondo es algo que da tranquilidad", comentó Octavio de Barros, economista del banco Bradesco.Marcelo Avila, jefe de la consultora Global Station, indicó que "es importante que haya un acuerdo porque, si se mira para adelante, las cuentas no cierran. Nuestra dependencia del capital externo es menor, pero si hubiese una presión sobre el dólar, algún tipo de crisis, todo se perjudicaría".Márquez-Ruarte, por su parte, indicó que para el país es positivo continuar teniendo un programa con el Fondo y aseguró que el organismo está dispuesto a hacer un nuevo acuerdo "con crecimiento e igualdad". En cuanto al inusual arribo de Anne Krueger, Ruarte dijo que posibilitará "un diálogo de manera más definitiva". Ya el jueves podría haber una definición, según el enviado del FMI en Brasil.

El actual acuerdo de Brasil con el FMI fue diseñado hace un año para proteger la economía brasileña de la desconfianza inversora durante la campaña electoral por la presidencia, que culminó con el triunfo de Lula.

En contraste con los temores iniciales de los inversionistas, el gobierno de Lula logró disminuir fuertemente la percepción del riesgo de invertir en Brasil mediante una ortodoxa política económica, y contuvo la inflación aplicando duros recortes de gasto y altas tasas de interés, que las autoridades comenzaron a bajar gradualmente en junio.

El nuevo acuerdo sería por u$s 15.000 millones.