| miércoles, 05 de noviembre de 2003 | La grave situación en Irak, el talón de Aquiles para la reelección de Bush A un año de los comicios, la recuperación económica llega en forma oportuna para el presidente republicano Crawford, EEUU. - A un año de las elecciones presidenciales del 2 de noviembre de 2004, el presidente estadounidense George W. Bush aparece debilitado por la degradación de la situación en Irak pero mantiene sus posibilidades gracias a la recuperación económica y a recursos electorales sin precedentes. El anuncio de un aumento de 7,2% (en ritmo anual) del Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense en el tercer trimestre (el mayor incremento en 19 años), llega en forma oportuna para el presidente republicano, que ve recompensada su política de reactivación económica a través de la demanda.
La economía aparecía como su punto débil para una eventual reelección y esta recuperación deberá ahora traducirse en una reducción del desempleo para no convertirse en un obstáculo a la intención de Bush de obtener un segundo mandato. La tasa de desempleo, en 6,2% actualmente, alcanza su máximo nivel en nueve años.
Muchos dólares para la campaña La otra ventaja del mandatario es su fortaleza financiera. Bush recaudó ya 85 millones de dólares para financiar la primera parte de la campaña presidencial, la de las primarias destinadas a elegir al candidato de cada partido. Su objetivo es recaudar un total de 200 millones de dólares antes de la convención republicana, fijada para septiembre en Nueva York, lo que constituiría un récord para una campaña presidencial.
Los nueve precandidatos demócratas que se disputan la investidura partidaria deben repartirse los fondos aportados por sus simpatizantes, pero Bush no tiene rival. Los infructuosos esfuerzos de su padre, George Bush, para ser reelecto en 1992, fueron socavados por la competencia de un candidato independiente de derecha, Ross Perot.
Desde el verano pasado, el presidente recorre el país para reuniones de "fund raising" (recaudación de fondos) electorales. La semana pasada, luego de una etapa en Colombus (Ohio, norte), estuvo en San Antonio, Texas (centro-sur), Estado del que fue gobernador antes de ser elegido presidente en 2000 por estrecho margen frente al demócrata Al Gore.
Su nivel de popularidad -superior a 50%- es normal para un presidente en esta etapa de su primer mandato, aunque está netamente en baja en relación a los porcentajes registrados luego de los atentados de septiembre de 2001 y la ocupación de Bagdad en abril pasado, a causa de la degradación de la situación en Irak, que preocupa en forma creciente a los estadounidenses.
La defensa de la política exterior Bush ya develó su línea de defensa para la campaña electoral: "Defenderé mi política en el momento apropiado y estaré feliz de poder hacerlo. Diré que el mundo es más pacífico y más seguro bajo mi presidencia y que EEUU también es más seguro. Así comenzaré por describir mi política exterior", afirmó. "Los estadounidenses consideran a Irak como un dilema entre las lecciones de Munich y las de Vietnam", estima por su parte Lance Morrow, profesor en la universidad de Boston (Massachusetts, noreste). "Las lecciones de Munich dicen que los agresores deben ser combatidos vigorosa y rápidamente. Las de Vietnam aconsejan no precipitarse con una fuerza enorme en conflictos en el extranjero, principalmente en los que implican gente de otras razas y orígenes. Es la receta para el empantanamiento, la palabra que provoca miedo", declaró.
Más que la economía, "Irak y los problemas de seguridad nacional podrían bien ser el talón de Aquiles de los esfuerzos del presidente por ser reelecto", advirtió de su lado en un editorial, el Wall Street Journal, un medio conservador y favorable a Bush. (AFP) enviar nota por e-mail | | Fotos | | |