Hace más de dos décadas que los terrenos están en desuso

La zona franca de Bolivia sigue abandonada y sin definiciones

La presidenta del Enapro se reunirá hoy con el nuevo embajador del país vecino

Eugenia Langone / La Capital

La situación de las 2,5 hectáreas de zona franca que Bolivia ocupa bajo la barranca del parque Urquiza volverá a la agenda local. Al menos así será durante la reunión que mantendrán hoy en Rosario el embajador del país limítrofe, Arturo Liebers Aldivieso, y la titular del Ente Administrador del Puerto Rosario (Enapro), María Herminia Grande. El tironeo entre los funcionarios locales y las autoridades bolivianas por este sector no es nuevo. La Municipalidad ya en el 2001 pidió la liberación del área y en eso coincidieron diputados nacionales, empresarios y urbanistas. Y el argumento es para todos el mismo: tanto el muelle como los tres galpones que tiene el predio están en desuso desde hace más de dos décadas. Quizá la reunión de hoy sea una oportunidad para buscar definiciones y para que de una vez por todas estos terrenos cobren alguna utilidad.

La zona franca boliviana, desde la altura de San Juan a Zeballos, es un sector costero vedado al público. Fue entregada a Bolivia en julio de 1976, es zona libre para todos los productos tanto de importación como de exportación de ese país y tiene allí a su disposición los galpones 23, 24 y 26.

La titular del Enapro no quiso adelantar ayer a La Capital la posición que mantendrá durante la reunión de hoy, aunque insistió con que "si Bolivia devuelve la zona franca, esas 2,5 hectáreas son de la provincia y no de la Municipalidad".

Es que fueron los funcionarios municipales quienes hace dos años encabezaron el pedido de liberación de esos terrenos de más de 800 metros de frente. El secretario de Gobierno, Juan Carlos Zabalza, había señalado que la intención de la Municipalidad era "recuperar la zona para que al sector lo disfruten todos los rosarinos" y que el tema estaba siendo tramitado en la Cancillería argentina.

Y en el pedido habían coincidido también los diputados provincial Angel D'Ambrosio y nacional Alberto Natale, además de asociaciones empresarias, legisladores provinciales y concejales.

Cuando en julio de 1976 las 2,5 hectáreas pasaron a manos de Bolivia, el sector prometía convertirse en un centro industrial importador y exportador. Pero la definición no pasó de ser una promesa. Y la propia titular del Enapro reconoció ayer que "hace por lo menos 20 años que esa zona está completamente inactiva".


Sin trabajos de mantenimiento
Tal es el abandono que el muelle está vencido porque nunca recibió trabajos de mantención y sólo podría volver a ponerse en uso después de una gran inversión.

Además, los tres galpones sólo sirvieron para almacenar durante años mercadería en litigio, mientras que el último buque que amarró fue la nave de guerra Simón Bolívar, y de eso ya hace 15 años. Los terrenos fueron por mucho tiempo sólo el depósito de un centenar de tractores y máquinas agrícolas, que luego fueron vendidos por el gobierno boliviano.

A pesar de que este es el panorama desde hace años, el gobierno de ese país no quiere desprenderse del lugar y plantearon que sólo podrían hacerlo cuando se le ofrezca un espacio alternativo.

En junio de 2001 el entonces embajador del país limítrofe, Fernando Bedoya Ballivian, había anunciado que su país encararía un programa de relanzamiento, proyecto que nunca se puso en marcha. Y en su paso por Rosario también había asegurado que se estudiaría la posibilidad de concesionar la zona porque ya existían "muchas empresas privadas interesadas".

Pero fue más firme todavía a la hora de sentar posición. "Bolivia tiene derechos adquiridos en base a un convenio internacional entre los dos países y al que aún no se sabe si la Argentina se puede oponer ahora. Sólo podemos trasladarnos si nos ofrecen una alternativa, otra zona que se adapte a nuestras necesidades", había dicho el entonces embajador.

La liberación fue pedida en el 2001.