"Tras el accidente sufrí muchísimo"

El piloto agradeció el apoyo recibido

"Luego del accidente en Monza sufrí mucho y me tuve que privar de cosas, que a esa edad parece que no te pueden pasar. Te repito, gracia a mi familia, a mis amigos y posteriormente el Instituto RTM de Bolonia, pude seguir adelante. Primero volver a caminar y después estar otra vez corriendo con los autos, que era lo único que se me pasaba por la cabeza. La recuperación fue dura y complicada, pero todo lo hice con sacrificio y los resultados hasta ahora me dieron la razón. Las dos protesis que llevo en las piernas se adaptaron bien y no tengo dificultades en manejar cualquier vehículo", dice Adrián con naturalidad.

-Siempre hablar de un pasado tan terrible cuesta pero, ¿qué fue lo que mejor te pasó después del accidente?

-Que sucedió en Italia. Muchos italianos sufrieron mutilaciones en brazos y piernas como consecuencia de las dos guerras mundiales. Eso hizo que en la península convivan grandes especialistas en la materia. A mí me operaron en el hospital Riccioli en Bolonia y después trabajaron con las protesis del instituto RTM. En el mundo hay siete establecimientos de esas características y allí hay más de 100 especialistas en ortopedia. El italiano Alessandro Zanardi, que intervenía en la Indy Car, fue otro de los que experimentó las bondades del instituto. Luego del grave accidente sufrido por el italiano en Alemania (le amputaron las dos piernas), le adaptaron protesis computarizadas por los movimientos de las rodillas y ahora corre en el turismo con un BMW. La diferencia entre él y yo es que a Zanardi tuvieron que adaptarle parte del habitáculo para conducir al ser mayores los daños en sus piernas y la recuperación fue más complicada, cosa que no sucedió conmigo.

Adrián Hang seguirá acelerando más a fondo y continuará sumando triunfos en el automovilismo. Una pasión que lo llevó hasta ganar en 1999 el premio Konex, un estímulo para aquellas personas que sobresalieron en una actividad. O en la vida, como en el caso de Adrián.