| domingo, 19 de octubre de 2003 | Los chicos acusados del crimen del estudiante se dicen inocentes Son de clase media y ayer fueron a Tribunales. La policía dice que cerró el caso El asesinato del estudiante de psicología Germán Owsianski ingresó ayer en la fase judicial con la presentación ante los jueces Carlos Carbone (Instrucción Nº 9) y Juan Artigas (Menores Nº 2) de los dos chicos de 18 y 17 años que fueron detenidos el viernes a la noche por la policía como presuntos autores materiales. Los dos se declararon inocentes. El mayor se abstuvo de declarar por consejo de su abogado defensor, mientras que el menor negó cualquier vinculación con el episodio que se investiga.
La Brigada de Homicidios y efectivos de la Inspección de Zona 3 detuvieron el viernes pasado a Brian, de 18 años, y a P., de 17, como los presuntos homicidas del joven Owsianski. "Nos vamos a hacer un maneje y volvemos", fue la frase que según la policía lanzaron los adolescentes cuando estaban reunidos junto a otros amigos en la casa de un conocido en Maipú al 2300 la misma noche del crimen. Un rato después, según la misma fuente, retornaron a ese lugar asustados y con un par de zapatillas en las manos. "Le pegamos un tiro a un tipo en la cabeza para robarle", dijeron.
La escena fue reconstruida por los investigadores policiales en base a testimonios de testigos para llegar hasta los presuntos autores del crimen ocurrido la madrugada del 13 de octubre. Owsianski tenía 19 años y era oriundo de la ciudad de San Justo. Se radicó en Rosario este año porque quería ser psicólogo. Ese lunes feriado, el estudiante estuvo con un amigo en el pub Sinatra, de Pellegrini al 900, bebiendo algo y jugando al pool. Como a las 4 decidió marcharse hacia su departamento que queda en Maipú al 1900.
Una cuadra antes lo interceptaron y le pegaron un tiro en la cabeza para robarle las zapatillas. Owsianski sobrevivió y pudo caminar hasta la puerta de su casa, donde se desplomó y estuvo un par de horas sin recibir ayuda. El jueves a la tarde murió en el Hospital Clemente Alvarez, donde agonizó tres días en estado de coma.
Los policías establecieron los momentos previos al asalto. Pero lo que no pudieron desentrañar fue qué sucedió con el calzado supuestamente robado a la víctima y dónde fue a parar el arma homicida.
Sin embargo, el abogado defensor de Brian, Carlos Varela, sostuvo ayer que esa situación "fue concebida por la policía en base al testimonio de terceras personas. No hay testimonios directos de que eso haya ocurrido", agregó.
Mientras tanto, otro sospechoso quedó en la mira de la policía. Se trata del dueño de la casa donde los dos imputados habían estado minutos antes de protagonizar el encontronazo con Owsianski. Los agentes de la Brigada de Homicidios y de la Inspección de Zona 3ª sospechan que este joven, cuyo nombre es Eduardo, pudo actuar como encubridor. Por eso lo mantienen detenido a disposición del juez Carlos Carbone. "Obtuvimos información, testimonios y descripciones que nos hicieron llegar hasta un grupo de delincuentes jóvenes que suelen moverse en la zona de Pellegrini, 27 de Febrero, San Martín y Laprida", comentó uno de los oficiales que capitanearon la pesquisa.
Una tropelía En base a esos testimonios, los investigadores establecieron que Brian y P, este último es menor de edad, bebieron cerveza desde las 23 del sábado en distintos maxiquioscos de la zona y que luego recalaron en la casa de Eduardo. En ese lugar se habían encontrado con chicas y chicos del barrio. De allí supuestamente partieron con la idea de cometer alguna tropelía, según sospechan en la policía.
Brian y su hermano mellizo nacieron en Canadá, pero hace varios años que están en Argentina, viviendo con su abuela porque sus padres están separados. El otro adolescente involucrado en el crimen de Owsianski vive con su familia en la zona de Mitre y 27 de Febrero. Con Brian se conocían porque tenían amigos en común. "Los testimonios que se volcaron en el sumario coinciden en señalarlos a ambos en la participación del hecho", apuntó un vocero de Homicidios.
Según se supo ayer, ante la requisitoria de la policía P. se quebró y reconoció haber estado en la escena del crimen. Ese relato fue desgranado por el menor, junto a su padre y frente a la fiscal Graciela Argüelles. Pero ayer, frente al juez Artigas, el menor negó tener cualquier vinculación con el crimen.
Brian, por su parte, se entregó luego de que la policía allanara su casa y se llevara demorado a su hermano, quien luego recuperó la libertad al comprobarse que no tenía nada que ver. El chico, por consejo de su abogado, se abstuvo de declarar. "Aclaro que Brian se entregó porque sabe que es inocente. El sabía que lo acusan de un delito muy grave, por el cual puede ser sentenciado a cadena perpetua, pero igual decidió comparecer ante la Justicia", remarcó Varela. enviar nota por e-mail | | Fotos | | La marcha por el joven Germán Owsianski. | | |