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 domingo, 19 de octubre de 2003

La prensa de Bolivia es muy escéptica
Los medios critican a los líderes indígenas y ponen en duda la legalidad de la salida de Sánchez de Lozada

Los editoriales de los principales diarios bolivianos saludaron la llegada del presidente Mesa y el fin de la violencia, aunque no ahorraron críticas al proceso que llevó a la renuncia forzada de Sánchez de Lozada y a su dudosa constitucionalidad. En su mayoría, criticaron la conducta radicalizada de los grupos que encabezaron los bloqueos de rutas y provocaron el desabastecimiento y se auguraron que el país deje atrás una etapa de confrontación exasperada que ha dañado gravemente a la sociedad y economías bolivianas, pero expresaron muchas dudas sobre el futuro.

* Los Tiempos, de Cochabamba: "Es hora de que se oiga la voz de más del 70 por ciento de la población que comprende que no es bloqueando calles y caminos, y mucho menos destruyendo la frágil estructura económica y política, que se podrá sacar al país del atolladero". Los Tiempos afirma que la diferencia entre este sector pacífico y los violentos "no radica en que unos propongan al cambio y otros no. Radica en que optan por caminos distintos para avanzar hacia él".

* La Razón comentó que el "fin del mandato de Sánchez de Lozada supone, de alguna manera, el final del sistema de la democracia pactada que hizo posible la denominada gobernabilidad a todos los gobiernos constitucionales desde 1985. La administración mezquina de esta gobernabilidad por parte de los partidos políticos fue uno de los factores más importantes para el desgaste del modelo que, en estos días, entró en un irreversible colapso". Al mismo tiempo, "se tiene que exigir a la oposición una deposición franca de las conductas obstruccionistas expresadas en bloqueos y demandas que no correspondan a las posibilidades del país. No más violencia y, por ende, no más muertos. Las calles no pueden ser más el escenario de la discusión y la confrontación, esa es la tarea del Parlamento. Ya no existe motivo alguno para más bloqueos, marchas, ni sobresaltos. Salvo, por supuesto, que los fines de la protesta no hubieran sido pedir la renuncia presidencial sino ir más allá: atentar contra el sistema de derecho", advierte La Razón.

* El Diario: usó un muy diverso tono en su editorial "¡El pueblo recuperó la democracia en Bolivia!". "Bolivia ha pasado por una de las etapas más amargas de su vida institucional, por la soberbia de un presidente, que, en menos de una semana ha victimado (sic) a 77 ciudadanos y herido a 400, por su afán de mantenerse en el poder en contra del veredicto popular que exigía su renuncia, luego de la masacre indiscriminada a patriotas que salieron desarmados a las calles para defender la democracia ante la autocracia; la soberanía y dignidad de la Nación ante la pretensión de entregar nuestros recursos naturales a quien nos arrebató el mar en una guerra de conquista en 1879", en referencia a Chile y al gasoducto que debía tenderse hacia un puerto de este país.

* El Deber, de Santa Cruz, la capital de la región oriental, la más rica de Bolivia (donde no se registraron disturbios mayores) muestra prevenciones sobre la salida forzada del presidente elegido democráticamente hace apenas 14 meses. "Un ex ministro, que además es un estudioso y un constitucionalista ampliamente reconocido, señala que la sola renuncia del primer mandatario de la nación motivada por violentas presiones, ya constituye un golpe bajo y mortal a la democracia que, en el caso boliviano, tanto costó reponer, en vidas humanas, en sacrificios y en privaciones. La renuncia del presidente va a constituir un duro e irreparable vapuleo de la democracia boliviana. Pero hay algo que puede tener todavía repercusiones mucho más graves. ¿No es acaso inminente el riesgo de la conformación de un gobierno que se moverá según la voluntad de los que están por precipitar tan tortuosa salida de la crisis? ¿Acaso los caudillos soberbios que han manejado todo el proceso, una vez logrado su objetivo que no es otro que el de la renuncia presidencial, se van a dar por satisfechos? Ganadores absolutos de una dura y sangrienta refriega, se erigirán en el poder tras el trono y manejarán a discreción los hilos que moverán al gobierno. Lo que puede resultar de todo ello es imprevisible, pero nos adelantamos a creer que poco o nada en absoluto tendrá de bueno".

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