| sábado, 18 de octubre de 2003 | Caos en Bolivia. Los traumáticos 14 meses de gestión de Sánchez de Lozada El ocaso de un gobierno impopular Henry Orrego La Paz. - Gonzalo Sánchez de Lozada -apodado el "gringo", por su marcado acento anglosajón, o "Goni" (diminutivo de Gonzalo)- jugó todas sus cartas pero, sin más apoyo que el de gobiernos extranjeros, su mandato iniciado hace 14 meses se desmoronó tras un mes de violentas protestas de campesinos, trabajadores y cocaleros contra sus planes de exportar gas a través de Chile. Sánchez de Lozada, de 73 año, se aferró hasta el último momento al poder tras denunciar que las protestas, que según grupos de derechos humanos provocaron más de 80 muertes, se proponían provocar un golpe de Estado e instaurar una "narcodictadura". Incluso llegó a acusar a los líderes de la oposición, el congresista y líder cocalero Evo Morales y el indígena Felipe Quispe, de recibir apoyo externo y de tener dudosas relaciones con grupos armados de otros países.
Las alusiones de Sánchez de Lozada a una conjura golpista le permitieron recoger un generalizado apoyo internacional, con EEUU a la cabeza. Washington expresó su preocupación ante la eventualidad de que fuerzas "antidemocráticas", desplazaran al presidente. Paradójicamente esa solidaridad de EEUU no hizo más que atizar las iras contra Sánchez de Lozada y le dieron a la oposición más argumentos para sostener que es un dirigente sometido a los dictados de Washington.
"El presidente pudo haber echado mano a muchas estrategias, pero demoró mucho tiempo para atender las demandas sociales y desbordó la copa con la violenta represión de la última semana", dijo Ricardo Calla, un sociólogo de la universidad de la Cordillera, que en el pasado asesoró al gobierno. Para Calla, las más de 80 muertes, que según organizaciones de derechos humanos provocó en el último mes la represión oficial, colocaron a Sánchez de Lozada en un camino sin retorno.
"Había fuentes de su entorno que le aconsejaron optar por la mano dura, bajo la presunción de que con 200 ó 300 muertes podría acallar las protestas" señaló Calla, quien dijo que el mandatario terminó siendo "víctima de los círculos del poder".
Las manifestaciones contra el gobierno se iniciaron el 19 de septiembre para exigir que se detuviera un proyecto para exportar el gas de los campos de Tarija en el sur del país, en condiciones consideradas lesivas para el país. Las primeras víctimas fatales ocurrieron una semana después en el rescate a sangre y fuego de un grupo de turistas retenidos por grupos de manifestantes, que provocó seis muertes. El descontento popular degeneró luego en la declaratoria de un paro cívico en la ciudad de El Alto, vecina a La Paz y en donde se encuentra el único aeropuerto de la región.
Tras decenas de muertes el fin de semana, el bloqueo se extendió el lunes a la sede del gobierno y las manifestaciones que hasta entonces se concentraban en los grupos de sindicatos, campesinos e indígenas se ampliaron a las clases medias y altas, atónitas ante la ferocidad de la represión. Fue el inicio del descalabro de la coalición que apoyaba al mandatario.
El miércoles en un intento por salvar la crisis, propuso para someter a referendo el tema del gas y abrir las puertas a la convocatoria de una asamblea constituyente.
Pero esta propuesta fue desechada rápidamente por la oposición y ayer por la mañana Sánchez de Lozada solo contaba con el respaldo del ex presidente Jaime Paz Zamora. En una última jugada para intentar salvar al gobierno, Sánchez de Lozada logró el jueves la mediación de Brasil y Argentina, cuyos gobiernos de izquierda accedieron intentar una mediación, la cual no alcanzó a realizarse. (AFP) enviar nota por e-mail | | Fotos | | El líder cocalero Evo Morales, un acérrimo enemigo | | |