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 sábado, 18 de octubre de 2003

Opinión: Esa manía de asfaltar

Marcelo Castaños / La Capital

Cuando los carteles del cerramiento de Wheelwright entre Roca y España sean retirados, ya será demasiado tarde para volver atrás: ¡Pavimentaron un parque!

Sí, así de simple. Un enorme playón de asfalto se incorporará ahora a la geografía de la zona, convertida en inmensa playa de estacionamiento del galpón Peñaflor donde un privado se prepara para hacer negocios con un restaurante... y con el mismo estacionamiento.

Brea, asfalto y adoquines se ven ahora en donde se podría haber pensado una parquización, o una playa de estacionamiento, si era necesario, pero con algún valor paisajístico agregado.

No es la primera vez que el desprecio por el verde se evidencia en una parquización de la ciudad, a la que si algo le faltan son justamente árboles y césped. En un clima prácticamente subtropical, donde de suerte hay tres o a lo sumo cuatro meses frescos, los planificadores de Rosario se empeñan en generar esos espacios abiertos y cubiertos de cemento y piedra, bien a la europea.

A pocos metros de donde ahora se extiende ese estacionamiento donde autos y personas se van a achicharrar, la explanada del parque España ya había funcionado como botón de muestra: un playón de cemento sin contención de verde, rodeado por adoquines se suma a un estacionamiento empedrado y forestado con unos arbolitos que parecen no crecer nunca, donde los autos se vuelven hornos.

Tanto desprecio por el verde pareció mermar cuando se le cambió la cara al parque Urquiza pero al menos se le respetó su naturaleza. Un circuito de aerobismo y un arenero con juegos que cumple muy bien su función se incorporaron para el uso del lugar, donde se hizo una buena parquización.

En los parques de las Colectividades se asfaltó la vereda, se pusieron bancos y se instaló un cuestionado bar que, sin embargo, no dañó tanto el paisaje. En el Sunchales también se hizo la vereda, un camino paralelo al río y un arenero. En ambos casos, las intervenciones fueron modestas y respetuosas.

Pero lo que está pasando en lo que se esperaba fuera la segunda parte del parque España mete miedo. Y con este antecedente habrá que creerles a los que no quieren más intervenciones, porque la solución que encentran es la de asfaltar los parques.



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