| viernes, 17 de octubre de 2003 | La emoción y tristeza de miles La emoción y también la tristeza reinaron ayer en la tarde en la Plaza San Pedro en el Vaticano durante la misa por los 25 años de pontificado de Juan Pablo II, a la que asistieron cerca de 50.000 peregrinos de numerosos países.
"Sufrimos por él, dependemos de su respiración", confesó el francés Bruno Colombier, resumiendo el sentimiento de los peregrinos.
El Papa, con la casulla dorada, inició la misa al comienzo del atardecer, mientras el espléndido sol otoñal romano iluminaba a los cientos de peregrinos que con varias horas de anticipación habían llegado para seguir un evento que para muchos resultaba "histórico".
Transmitido por numerosos canales de televisión de todo el mundo, la misa suscitó el fervor de los presentes, sobre todo de los se recordaban el día en que fue elegido, hace exactamente 25 años, el 16 de octubre de 1978, a las 18.46 hora local.
Las banderas de más de 100 países, muchas de América Latina, enarbolaban en la plaza, mientras lágrimas de alegría y de conmoción se registraban en los varios grupos de fieles polacos, entre los más numerosos.
La solemne ceremonia, concelebrada con 149 cardenales, vestidos con sus tradicionales hábitos rojos, resultaba casi cinematográfica, gracias también a los cerca de 25.000 tulipanes multicolores que adornaban el altar. enviar nota por e-mail | | |